Alter Press. Haití

Haití–Rep. Dominicana : El reto de construir relaciones más armoniosas entre ambos países

Análisis. Por Wooldy Edson Louidor

ND, 30-01-2007

El comienzo del año 2007 es a la vez prometedor y preocupante para las relaciones entre Haití y la República Dominicana que comparten una misma isla y una frontera de 380 kilómetros aproximadamente. 2007 presenta a las autoridades haitianas y dominicanas el reto de cambiar el curso de la historia de las relaciones entre ambos países.

Signos prometedores

Las autoridades de ambos países están desplegando esfuerzos por crear y reanudar canales de diálogo y entendimiento. Los dos gobiernos han anunciado el relanzamiento de la Comisión Mixta Haitiano-Dominicana, encargada de realizar negociaciones sobre temas binacionales.

Parlamentarios haitianos y dominicanos participaron en un foro de interacción, auspiciado por el gobierno de Noruega, que se realizó el 12 de enero del 2007 en Santo Domingo. Al final del encuentro, ellos llegaron a un Acuerdo cuyo objetivo es facilitar la solución de los problemas enfrentados por las poblaciones fronterizas de ambos lados.

El Tribunal de Dajabón condenó el 15 de enero del 2007 a cuatro (4) ciudadanos dominicanos declarados culpables de haber sido implicados en el viaje clandestino, en el que 25 indocumentados haitianos murieron por asfixia en la noche del 10 al 11 de enero del 2006. Esta decisión manifiesta la voluntad de la Justicia Dominicana de cooperar en la lucha contra la delincuencia binacional organizada.

Hechos inquietantes

Sin embargo, el gobierno dominicano no ha convencido aún a la sociedad civil de ambos países y a la opinión pública internacional de que está determinado a hacer respetar los derechos humanos de los migrantes en el proceso de las repatriaciones y a proteger efectivamente sus derechos, sus vidas y sus bienes contra las represalias de turbas dominicanas furiosas y movidas por sentimientos racistas y xenófobos (anti-haitianos).

Al contrario, el Estado dominicano ha intensificado las expulsiones de migrantes haitianos hacia su país de origen. Las deportaciones de indocumentados haitianos han aumentado : el año pasado, se elevaron a 25 mil. Durante las tres primeras semanas de enero del 2007, alcanzaron más de cuatro mil (según las cifras comunicadas por las autoridades dominicanas).

Además, las distintas agresiones de corte xenófobo y abiertamente anti-haitiano que turbas dominicanas perpetraron en contra de migrantes haitianos se han quedado hasta ahora impunes. Ciudadanas y ciudadanos haitianos fueron víctimas de represalias en muchas comunidades dominicanas. Sólo para el año 2005, podemos citar estos lugares : Hatillo Palma (el 6 de mayo), Dajabón (entre el 5 y el 6 de agosto), Higuey (el 7 de septiembre), Villa Trina (el 10 de diciembre).

Las consecuencias

Las represalias de las cuales las y los migrantes haitianos fueron víctimas habían sido perpetradas luego de que fueron cometidos asesinatos y otros actos delincuenciales contra ciudadanas y ciudadanos dominicanos. Sin investigación previa, esos crímenes fueron atribuidos a las y los migrantes haitianos. Éstos fueron inmediatamente perseguidos. Algunos fueron golpeados y maltratados. Sus casas fueron saqueadas y quemadas.

Las repatriaciones, que no han sido siempre realizadas por las autoridades migratorias y militares conforme “al debido proceso”, es decir respetando los derechos y la dignidad de los migrantes en todo el proceso (intercepción, verificación del status migratorio, detención y transporte), han causado catástrofes humanitarias, violaciones masivas a los derechos humanos y aun tragedias, como el accidente del autobús que transportaba a migrantes haitianos al punto fronterizo Elías Piña – Belladères el 25 de septiembre del 2006.

Se trata de un accidente en el que el autobús de la Dirección General de la Migración Dominicana cayó en una fosa cerca de la frontera Elías Piña – Belladère, mientras el vehículo llevaba a migrantes haitianos que iban a ser devueltos a su país. Algunos indocumentados haitianos resultaron heridos. El vehículo había estado en muy mal estado y, además, sobrecargado.

Muchos sectores de la sociedad haitiana saludan las frecuentes intervenciones del embajador haitiano en Santo Domingo, Fritz Cinéas, en contra de las expulsiones masivas, inhumanas y brutales de sus compatriotas realizadas por el Estado dominicano. Al mismo tiempo, critican la falta de dinamismo de la Cancillería haitiana para obligar a las autoridades dominicanas a operar las repatriaciones respetando el “debido proceso”, tal como lo prescribe el Protocolo de Entendimiento sobre “los mecanismos de repatriación” que fue firmado por ambos Estados en diciembre del 1999.

El silencio y la inacción de las autoridades dominicanas respecto a las represalias y agresiones en contra de ciudadanas y ciudadanos haitianos amenazan con suscitar y multiplicar en Haití reacciones “anti-dominicanas”, al igual que las violencias perpetradas en el marco del movimiento de protesta contra el presidente dominicano, Leonel Fernández Reyna, durante su visita oficial en Haití el 12 de diciembre del 2005.

Agentes de la Policía Nacional de Haití tuvieron que intervenir cercando el perímetro del Palacio Nacional en donde cientos de manifestantes, de los cuales la mayoría fueron estudiantes, lanzaban eslóganes hostiles al jefe de estado dominicano.

2007, un año clave

2007 es un año clave para romper con todos esos hechos tristes, inspirados por sentimientos anti-haitianos y reacciones anti-dominicanas, que marcaron la historia de las relaciones entre los dos países desde mayo 2005. Los signos prometedores registrados al comienzo de este nuevo año empezaron a introducir una nueva era.

Las autoridades haitianas y dominicanas están enfrentando ahora el reto de construir relaciones más armoniosas, adoptando una verdadera voluntad de entenderse sobre temas bilaterales, entre ellos la migración, cooperar para el bienestar y el desarrollo de ambos países y, sobre todo, proteger la vida, los derechos humanos y la dignidad de todos los habitantes de la isla.

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