Otra noche de batalla campal en Alcorcón

El amplio dispositivo policial no evitó disturbios por parte de centenares

La Razón, 28-01-2007

Madrid – Noche de persecuciones, porrazos y sirenas en Alcorcón. Los
disturbios del pasado fin de semana volvieron a reproducirse ayer en las
calles y plazas del municipio. La Policía tuvo que utilizar varias cargas
contra un centenar de jóvenes, en su mayoría menores de edad encapuchados,
que apedrearon, insultaron y provocaron a los agentes y a los medios de
comunicación y que destrozaron todo aquello que encontraron a su paso.
Coches volcados, contenedores cortando la circulación, marquesinas de
autobuses destrozadas y aceras levantadas para utilizar los adoquines como
arma arrojadiza. Ni un sólo vecino, ni un sólo latinoamericano; grupos de
jóvenes de distintas ideologías sembraron el pánico durante horas. El
amplio dispositivo policial evitó que los disturbios pasasen a mayores
pero no fue incapaz de frenar una noche repleta de incidentes.
   Unos
300 policías habían tomado desde primera hora de la tarde los puntos más
calientes de la localidad formando cordones para impedir la entrada a las
canchas deportivas del Centro Joven, donde a las seis de la tarde estaban
previstas dos concentraciones convocadas por grupos antifascistas y de
ultraderecha, prohibidas por la Delegación del Gobierno.
   A la
hora de comer, Alcorcón parecía un pueblo fantasma. Las calles estaban
vacías, el fuerte dispositivo policial había cerrado la ciudad a cualquier
disturbio. En las salidas y andenes de la estación de Cercanías diez
agentes aguardaban la previsible llegada de jóvenes con ganas de gresca.
En la estación Puerta del Sur de metro un furgón de Antidisturbios de la
Policía Nacional intentaba persuadir posibles algaradas. En la Plaza del
Centro Joven, donde estaba prevista la manifestación, los agentes impedían
la entrada a todos los viandantes y cacheaban a todo aquel que cruzaba la
zona. A las seis de la tarde en los alrededores de las canchas comenzaron
a congregarse decenas de jóvenes de la localidad en protesta por los
altercados del pasado fin de semana, pero con ganas de montarla. Tras
increpar a policías y vecinos los ánimos se calentaron.Unos pedían
justicia y que los inmigrantes que hubiesen creado disturbios fuesen
expulsados del país, otros más respeto hacia la comunidad latinoamericana.
El ambiente se fue caldeando y comenzaron los disturbios y las carreras.
   Los jóvenes concentrados en el lugar de la reyerta del pasado fin de semana
comenzaron a desplazarse hacia el Parque de la Paz. Todo sucedió muy
deprisa. Cuatro antidisturbios intentaron quitar una pancarta plegada a
dos jóvenes y comenzaron las cargas. Porrazos, piedras y ladrillos por los
aires y como balance un joven herido con la nariz rota. Los jóvenes que
huían de la carga policial comenzaron a romper aceras y parte del
mobiliario urbano para aprovisionarse de cascotes que lanzar a la Policía.
A partir de ahí se inició una persecución por toda la ciudad entre los
antidisturbios y cientos de jóvenes que convirtieron a los profesionales
de los medios de comunicación en el objetivo de su ira. Comenzaron a
cruzar cubos de basura intentando hacer barricadas e impidir el paso de
«las lecheras»; cuando se veían acorralados entraban a la fuerza en los
portales. Los actos vandálicos continuaron durante toda la noche a pesar
de que la Policía consiguió dispersar al grupo de violentos.
   Empañada por estos altercados resultó la concentración junto al Centro
Joven de medio centenar de vecinos de la Asamblea por la Convivencia
Pacífica y Contra el Racismo, que se manifestaron pacíficamente. Ayer no
hubo graves heridos ni detenidos, pero el miedo volvió a las calles de
Alcorcón.

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