Agentes polacos ante la escasez de católicos

ABC, 28-01-2007

E. J. B.

DUBLÍN. Suele decirse en ocasiones que la inmigración es más una solución que un problema. Al menos así lo es en este caso. Los inmigrantes polacos en el Ulster se han convertido de pronto en la vía más rápida para que el Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) avance en su propósito de estar compuesta al 50 por ciento por protestantes y católicos. En la actualidad, los católicos son sólo el 21 por ciento de la plantilla.

Por 22.000 libras al año (unos 33.000 euros), cuatro veces más de lo que un policía cobra en su país de origen, inmigrantes polacos llegados a Irlanda del Norte están haciendo cola para ingresar en el PSNI. Ya han presentado su solicitud alrededor de mil jóvenes polacos, lo que supone el 12 por ciento de las 7.749 solicitudes en tramitación.

De esta forma, el habitual estereotipo del inmigrante polaco como fontanero que ofrece sus servicios puede transformarse pronto en el Ulster en el cliché del agente de Policía.

Los beneficios no son sólo numéricos, sino también políticos, pues los solicitantes no vivieron en la región durante los decenios de conflicto entre las comunidades católica y protestante, y además son ajenos a la visceralidad de la disputa sobre si Irlanda del Norte debe seguir formando parte del Reino Unido o integrarse en la República de Irlanda.

Campaña publicitaria

Las solicitudes de trabajo han llegado tras una campaña publicitaria realizada por el PSNI, que ha puesto anuncios en publicaciones en polaco distribuidas tanto al norte como al sur de la isla. El Reino Unido e Irlanda fueron, junto a Suecia, los únicos estados que abrieron de inmediato sus puertas a la primera oleada de inmigrantes del este de Europa cuando sus países ingresaron en la Unión Europea en 2004. Esto generó un gran flujo de recién llegados. En la República de Irlanda viven 150.000 polacos y 30.000 en el Ulster.

Su reclutamiento no ha sido muy bien recibido por los unionistas radicales, pues están en contra de que haya cuotas por religión en la Policía. Según el Partido Democrático Unionista (DUP), éstas suponen que protestantes con gran deseo de ingresar en el cuerpo sean rechazados para dejar sitio a católicos cuyo interés por la labor policial es inducida por costosas campañas publicitarias y la necesidad de encontrar cualquier trabajo para poder seguir en el país.

Este partido también teme que los agentes polacos acaben desequilibrando la balanza en favor de los católicos, pues, aun profesando mayoritariamente esa religión, su adscripción no contabiliza si se acogen a la opción de no declararla.

El reclutamiento tampoco ha gustado demasiado a las autoridades de Varsovia, según asegura «The Times», ya que la Policía polaca se encuentra escasa de personal. En un reciente informe indicaba que necesita aumentar su plantilla en 16.000 personas, pero los puestos no se cubren ante la inmigración de miles de jóvenes a otros países de la UE, singularmente al Reino Unido e Irlanda.

Los partidos católicos norirlandeses acogen con simpatía la savia nueva. Para el moderado Partido Socialdemócrata Laborista (SDLP), el sistema de cuotas por religión «no es la herramienta perfecta, pero al menos permite obtener resultados».

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