Grupo de jóvenes de Alcorcón (Madrid) volvieron ayer a protagonizar algaradas callejeras y carreras ante la Policía, aunque sin la gravedad de los hechos del pasado fin de semana, cuando se produjo el apuñalamiento de una persona y enfrentamientos entre españoles e inmigrantes. A pesar del fuerte dispositivo de seguridad, decenas de muchachos, entre los que abundaban los menores de edad, se concentraron frente a las canchas del Centro Joven de la ciudad e increparon y tiraron piedras a agentes y periodistas.


La presencia de más de 300 policías nacionales y locales impidió a los radicales acceder a las instalaciones deportivas, lo que se tradujo en la dispersión de los jóvenes embozados y en el cacheo de varios sospechosos de portar algún tipo de arma. Con ello se trataba de evitar la revancha de grupúsculos ultraderechistas que buscaban la pelea con extranjeros.


Ante el lanzamiento de piedras contra un furgón policial por parte de los manifestantes, la Policía cargó con prudencia contra los alborotadores, lo que enardeció a algunos vecinos y contestatarios, que dirigieron sus invectivas hacia los informadores, tildados de “manipuladores” y “terroristas”.


Durante las escaramuzas, los encapuchados volcaron dos contenedores y un coche.