Preocupación en Alemania ante el aumento de actos violentos protagonizados por la ultraderecha

El Mundo, 07-01-2007

No go areas, así se conocen algunos barrios del este berlinés, como Friedrichshain o Lichtenberg, donde los extranjeros, cuando oscurece, no tardan en poner pies en polvorosa.


La violencia con trasfondo ultraderechista es una triste realidad en Alemania que, tomando como ejemplo la capital, resulta cada vez más preocupante. Sólo en los nueve primeros meses de 2006 la policía berlinesa registró 80 actos violentos protagonizados por grupos o individuos de la extrema derecha, casi el doble que durante todo el año 2005.


Desde la victoria electoral de los partidos neonazis en Sajonia, Mecklemburgo – Antepomerania y Berlín, donde superaron el 5% de los escaños necesarios para contar con representación parlamentaria, la ultraderecha se siente envalentonada.


Todo apunta a que el año que acaba de empezar pasará a la Historia como el de mayor número de incidentes protagonizados por los seguidores de esta corriente política en los últimos cinco años.


A finales de noviembre, la policía había registrado 11.252 delitos con trasfondo ultraderechistas (como actos de propaganda nazi o xenófobos, que son la mayoría), de los cuales 657 fueron incidentes violentos. En noviembre del año pasado ya se superaron con creces los del año anterior y la experiencia demuestra que la policía da parte de muchos delitos con retraso. La creciente violencia de la ultraderecha es un problema a nivel nacional pero especialmente llamativo en la antigua Alemania comunista. En 2005, encabezaron la lista negra cuatro estados – Sajonia – Anhalt, Brandeburgo (rodea Berlín), Turingia y Sajonia – y todo apunta a que el orden no ha variado en 2006. Aunque también habrá estados del oeste, como Schleswig – Holstein o Hamburgo, que tengan que asumir un incremento de la violencia de grupos radicales.


Cementerios judíos que aparecen con pintadas de cruces gamadas, monumentos con propaganda antisemita y, sobre todo, ataques verbales a extranjeros no son fenómenos aislados en las citadas zonas de Alemania.


Tampoco las contramanifestaciones de ciudadanos, dispuestos a demostrar que a la gran mayoría de los alemanes no les da igual que los neonazis salgan a la calle o que hagan proselitismo entre jóvenes, sin mayores perspectivas laborales mediante su ideología racista, muchas veces a través de la música.


En Alemania la apología nazi está contemplada como un delito y castigada por ley. De ahí también que las estadísticas registren hasta el último incidente que se produzca en el que se presuma que exista cierto trasfondo ideológico ultraderechista. Además, el Gobierno está obligado a dar cuenta de estas cifras con regularidad por exigencia de otros grupos parlamentarios.

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