Contra la intolerancia en las aulas: mediación
160 estudiantes de la provincia de Valencia se reúnen para compartir experiencias sobre convivencia en los centros educativos
NEUS CABALLER – Valencia – 07/01/2007
 
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“El mayor problema es que el acosado se encierra en sí mismo y nadie se entera”. Esta es una de las principales conclusiones del encuentro sostenido entre los más de 160 alumnos y alumnas mediadores de 20 de los institutos públicos más representativos de la provincia de Valencia, reunidos por tercer año en el IES Benlliure para compartir sus experiencias. La segunda, y más reveladora, es que “los principales problemas de convivencia” se originan por causas aparentemente tan inocuas como “la existencia de rumores y malentendidos” o la tendencia, cada vez más generalizada por otra parte, de “juzgar demasiado rápido a las personas”.
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Así lo perciben los adolescentes de un nutrido grupo de institutos valencianos “preocupados” por el nivel que han adoptado las últimas “agresiones” producidas – tanto dentro como fuera de los centros educativos – utilizando las nuevas tecnologías como protagonistas y a su vez como potentes instrumentos de difusión de la nueva oleada de “ciberacoso” vivida en algunos centros educativos. Una especie “de moda”, dicen los alumnos mediadores, donde reina “la impunidad, porque no hay controles”. Pero que “juega con ventaja, porque al ser más rápida y fácil su difusión, amplifica los pequeños problemas”.

Aunque “sólo los cobardes lo usan” en referencia al uso del móvil para grabar las agresiones, dicen los muchachos y muchachas, en la mayoría de casos del “malentendido” se pasa a “la broma pesada y al mote”. Y de ahí a rivalidades mayores provocadas por chavales con “sentimiento de superioridad” exacerbado o, incluso, por alumnos “enfrentados por rivalidades e historias amorosas”. Y esa “falta de respeto entre ellos” deriva de manera proporcional y directa hacia una misma actitud de “falta de respeto hacia el profesor”.

Este es el contexto emocional, social y cultural en el que se mueven los adolescentes que, además, denuncian que ante estos problemas típicos de “los celos” y “las rencillas” se tropiezan a veces con una actitud de “falta de diálogo entre la propia comunidad educativa”: bien sea porque, por un lado, algunos profesores son “demasiado estrictos”; o porque del otro lado, también los que ante un problema de este tipo “pasan de resolverlo”.

Como la “intolerancia” y los “prejuicios” no suelen dormir en la mochila de los jóvenes, acaban paseándose también por las calles fuera del horario lectivo. En determinadas zonas, marcadas por sus circunstancias, la intolerancia y los conflictos derivan en “la formación de bandas” en el barrio que tienen su correlato en las aulas en forma de “grupos cerrados, que ejercen la marginación hacia los diferentes” e, incluso, grupos que optan por la propia “automarginación” voluntaria.

¿Cuál es la solución a estas situaciones, que ya son el pan nuestro de cada día en los institutos? Los alumnos mediadores del IES Vicent Andrés Estellés y el IES Federica Montseny de Burjassot, por ejemplo, contaron que en su caso se recurrió a la “mediación” para “resolver un conflicto entre alumnos de dos institutos” que hubiera podido acabar en tensiones mayores entre los alumnos de ambas comunidades educativas.

En el IES Campanar, los mediadores optaron por desplegar un completo programa de “actividades lúdicas y deportivas, para crear un buen clima interno en el centro”, a fin de evitar situaciones de riesgo. Mientras que los alumnos mediadores del IES nº 49 de El Saler recurrieron a la asignatura optativa de Teatro para difundir “un vídeo con escenas sobre casos simulados de violencia escolar, representado por los propios alumnos” a fin de inculcar la necesidad de mantener siempre un espíritu de tolerancia entre compañeros.

La “multiculturalidad” es otro de los ejes sobre los que se debatió el pasado 21 de diciembre en los encuentros celebrados en el IES Benlliure de Valencia. A través de una serie de relatos en primera persona de experiencias personales de alumnos y alumnas de diversas culturas, los estudiantes fueron describiendo “cómo se han sentido cuando han cambiado de contexto cultural”, y cómo se ha ido forjando a la vez una nueva identidad multicultural en aquellos centros que desde hace años reciben un número importante de jóvenes de diferentes países y culturas, como ocurre en los IES Benlliure, IES Sorolla y el IES Isabel de Villena de Valencia capital.

Ante esta diversidad de experiencias, situaciones y mezcla de razas y culturas que conviven en los centros educativos valencianos (con más de 70.000 alumnos de procedencia extranjera matriculados este curso) la “unanimidad” se impuso entre los adolescentes que llenan las aulas de enseñanzas medias. “La mediación”, según ellos, “es importante porque su intervención permite aclaras malos entendidos o disputas menores, generando confianza y fomentando que uno se ponga en el lugar del otro”. Por tanto, esa posibilidad que concede la mediación de “resolver conflictos de los alumnos por los propios alumnos, sin la presencia de profesores ayuda a paralizar otros problemas a tiempo; contribuye a eliminar los prejuicios hacia otras personas y, por tanto, conocer mejor los problemas (y singularidades) de cada centro para ayudar a solucionarlos”.