Un avión del Ejército repatría a Ecuador el cadáver de Carlos Alonso Palate

Las Provincias, 05-01-2007

El cadáver de Carlos Alonso Palate, la primera víctima mortal de ETA desde 2003, fue repatriado ayer a Ecuador, su país natal, a bordo de un avión Boeing 707 del Ejército del Aire. El joven ecuatoriano residente en Valencia murió por “parada cardiorrespiratoria por compresión” tras cinco minutos de agonía. Los restos mortales del joven ecuatoriano asesinado por ETA viajaron ayer tarde hasta Quito junto con los doce familiares que se habían desplazado a Madrid para seguir las labores de rescate de la víctima. Les acompañaron la secretaria de Estado de Cooperación para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y dos psicólogos del servicio de emergencias del Ayuntamiento de Madrid (Samur).


El aparato con los restos mortales del inmigrante ecuatoriano muerto en el atentado de ETA en la T – 4 del aeropuerto de Barajas despegó a las 18.45 horas de la base aérea de Torrejón de Ardoz. Hasta las instalaciones militares se desplazaron los ministros del Interior y Defensa, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Alonso; el secretario general del PP, Ángel Acebes; y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Todos ellos asistieron a una oración a pie de escalerilla, después de que el coche fúnebre entrara en la pista.


Según informaron fuentes diplomáticas, la duración prevista del vuelo son doce horas. Una vez en la capital ecuatoriana, lo previsto era trasladar el cadáver por carretera hasta su pueblo natal, Picaihua, localidad levantada en las proximidades del volcán Tungurahua, a 230 kilómetros de Quito, donde será enterrado. Jiménez asistirá a los funerales en Ecuador, mientras que en Valencia, ciudad en la que residía el fallecido, y Madrid se han decretado dos y un día de luto oficial, respectivamente.


Asfixiado y aplastado

Antes de que ser repatriado, el cadáver fue sometido a la preceptiva autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Madrid. El análisis ‘post mortem’ de los restos, realizado por forenses de la Comunidad de Madrid y de la Audiencia Nacional desveló que el inmigrante murió aplastado por los escombros y asfixiado tras cinco minutos de agonía después de producirse la explosión del coche – bomba colocado por ETA.


Según el avance preeliminar de la autopsia, un documento imprescindible para la repatriación, la causa de la muerte fue una “parada cardiorrespiratoria por compresión”. La víctima no sufrió quemadura alguna ni el impacto de la metralla. Los resultados finales del análisis, no obstante, todavía tardarán varios días en ver la luz. Fuentes jurídicas explicaron que la autopsia apenas se demoró dos horas, ya que el cadáver se encontraba en relativo buen estado.


Los trabajos de rescate del cadáver de Palate se extendieron durante más de ocho horas desde su localización, debido a la dificultad para acceder al coche. El bombero del Ayuntamiento de Madrid Fernando Bonilla, que encontró el vehículo del ecuatoriano, relató ayer los pormenores de la compleja operación.


Fue este funcionario quien, a las 18.45 horas del miércoles, divisó a través de una grieta la matrícula del Renault Clío en el que se suponía que estaba el cadáver del inmigrante. Bonilla se introdujo reptando por la ranura para comprobar que, efectivamente, el cuerpo se encontraba dentro del automóvil. A partir de ese momento, una quincena de bomberos trabajaron para desmontar uno a uno los cuatro forjados de hormigón, cada uno de un grosor cercano al medio metro, que habían caído sobre el coche a causa de la salvaje explosión.

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