MELILLA

Pretendían aprovechar un supuesto relajamiento de la vigilancia, pero 40 de ellos fueron detenidos Las Fuerzas Auxiliares de Marruecos impidieron durante la pasada Nochebuena tres intentos de entrada de inmigrantes de origen subsahariano que pretendían saltar la triple valla que separa el reino alauí con Melilla. Decenas de ellos quisieron aprovechar la supuesta relajación que se produciría en la vigilancia del perímetro fronterizo durante la noche festiva para intentar alcanzar suelo español y hasta en tres ocasiones pretendieron acceder a la Ciudad Autónoma, «aunque sin éxito alguno», matizaron las citadas fuentes.

De hecho, 40 de estos inmigrantes fueron detenidos por los Mehanis o Fuerzas Auxiliares que custodian todo el perímetro fronterizo por el lado marroquí, mientras que por el lado español la vigilancia corresponde a la Guardia Civil.

Otros, en cambio, pudieron huir por los bosques marroquíes después de que los intentos de sortear la triple valla, dos alambradas de seis metros de altura y una sirga tridimensional entre ambas, no fructificaran. Las tres intentonas frustradas recuerdan la oleada de asaltos que tuvo lugar desde octubre del año pasado, cuando al menos ocho personas sin papeles murieron víctimas de disparos.

Aunque la intensidad de los intentos se ha reducido drásticamente, esto no quiere decir que los inmigrantes subsaharianos hayan dejado, aunque en menor número, de frecuentar los bosques aledaños a la frontera entre ambos países; allí acampan en condiciones de miseria y sobreviven entre los sobresaltos que les producen las batidas de las Fuerzas de Seguridad marroquíes, a la espera de una oportunidad para intentar algo que se antoja casi imposible tras el reforzamiento de la frontera.

Ante las peticiones de Marruecos, en agosto pasado, la Unión Europea le concedió 76 millones de euros para la lucha contra la inmigración ilegal. El reino alauí dice haber deportado a miles de sin papeles y desmantelado 360 mafias este año. También sostiene que los detenidos son tratados bien y se les suministra comida y cuidados médicos antes de ser devueltos a sus países de origen, aunque muchos de los beneficiarios se quejan de discriminación y malos tratos.

El sábado pasado, 200 clandestinos fueron detenidos en varias redadas en los suburbios de Rabat.

Por otro lado, el Gobierno melillense denunció ayer que el Ejecutivo español no le informa de los posibles acuerdos que haya podido alcanzar con su homólogo marroquí sobre menores extranjeros.