TELEVISION / El reportaje, realizado por dos 'freelance' españoles, se adentra en la región de Sudán donde se lleva a cabo una limpieza étnica encubierta

Un documental de Odisea aporta a la ONU pruebas del genocidio de Darfur

El Mundo, 15-12-2006

MADRID. - Varios organismos internacionales, entre ellos el Tribunal Internacional de la Haya, Naciones Unidas y la Oficina Europea de Derechos Humanos, han recibido estos días un vídeo con un documental llamado Darfur, pruebas del genocidio, grabado por dos españoles en lugares a los que hace meses que ningún blanco puede llegar.


En el vídeo, una niña de 13 años llamada Asma Mohamed cuenta cómo fue violada por tres hombres del Ejército de Sudán cuando fue al pozo a por agua. Asma llora ante la cámara cuando recuerda cómo le dolió durante días y la humillación que ha sufrido. Gracias a sus lágrimas, en todas las oficinas y tribunales internacionales no tendrán más remedio que darse cuenta de que Asma es más que un número y que su dolor físico y psicológico es tan insoportable como el de cualquier niña occidental que hubiera pasado por lo mismo. Y ¿por qué no iba a ser así? ¿Por ser negra y africana?


«¿A quién le interesamos?», se pregunta resguardado por el anonimato un jeque de la tribu de los Fur: «Lo que están haciendo con nosotros, ustedes lo llaman limpieza étnica».


Lo que en Darfur sucede desde febrero de 2003, mal que le pese a la comunidad internacional, bien podría llamarse genocidio. En este territorio al oeste de Sudán hay un conflicto bélico no declarado en el que tribus árabes llamadas janjaweed respaldadas por el Gobierno de Jartum hostigan a los sudaneses africanos, en su mayoría de la tribu de los Fur. Han muerto más de 300.000 personas, hay dos millones de desplazados, innumerables desaparecidos, violaciones, torturas, pillaje, secuestros…


La situación no ha mejorado mucho desde que la Unión Africana logró colocar a sus escasos efectivos en la zona para evitar más masacres. De hecho, las organizaciones humanitarias se han visto obligadas a marcharse y allí apenas quedan dos o tres ONG trabajando en silencio y un par de enclaves de la ONU.


Julio Alonso e Iván Durán, los autores del documental que se emite en el Canal Odisea (operadores de cable, Imagenio, Jazztelia TV y Vodafone Live) hoy a las 18.30 y 23.30 horas, aseguran que Darfur es la revancha del Gobierno sudanés tras haber perdido la guerra con los cristianos del sur.


Ahora tienen a los Fur arrinconados en campos de refugiados a uno y otro lado de la frontera con Chad, los acosan continuamente, han robado su ganado que pastorean impunemente ante los propios expoliados y violan a las mujeres cuando van a por leña o a por agua.


Los autores del documental lograron adentrarse en las tierras controladas por los janjaweed para ver las fosas comunes del conflicto donde hay enterrados un número indeterminado de personas. «Somos un objetivo para esos hombres, no podemos hacer nada»… «Los janjaweed me han violado. Nadie se casará conmigo». Los temores de Katuma Abdalah, de 16 años, los confirma el anónimo jeque: «En la cárcel nos decían que nuestras mujeres eran forzadas para exterminar la raza».


La mayoría de los hostigados son musulmanes y africanos igual que los hostigadores, pero además son negros a los que el Gobierno de Jartum acusa de adaptar el islam a sus costumbres tribales.


La crisis de Darfur no es tanto una guerra de religión como un conflicto por el reparto de los beneficios del petróleo y una cuestión de racismo. Los autores de Darfur, pruebas del genocidio aseguran que existe una teoría panarabista que pretende crear en el norte de Sudán y Somalia una franja que marque el límite entre Arabia y Africa. Los Fur están en medio, son un pueblo a extinguir.


El testimonio imposible


La realización del documental ‘Darfur, pruebas del genocidio’ ha sido una odisea en sí misma. Julio Alonso e Iván Durán tuvieron que entrar dos veces en Darfur para poder realizarlo. La primera, para conocer la zona. La segunda, desde el Chad y la República Centroafricana, para grabar los testimonios.


Julio e Iván visitaron zonas de Darfur donde la prensa internacional ya no puede llegar porque es sumamente inseguro, complicado y porque el Gobierno de Sudán ya no concede visados a los periodistas extranjeros. Apenas quedan agencias humanitarias trabajando en esas zonas, y las que hay no quieren ser entrevistadas ante las cámaras por miedo a que Jartum tome represalias. El documental está grabado con cámaras Dv Cam, un modelo que pasa casi desapercibido, y las cintas tuvieron que ocultarse en lugares insospechados para que no fueran incautadas durante las semanas que duró la grabación.


Ambos reporteros realizan documentales de conflictos como ‘freelance’ para canales y programas de televisión. Julio Alonso trabajó durante muchos años en ‘Informe Semanal’ (TVE) e Iván Durán procede de la televisión alemana.

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