Un vecino de Estella, de origen rumano, fue detenido el miércoles en Estella como presunto autor de un delito de intento de homicidio al querer quemar vivos a su mujer y sus dos hijos, de 15 y 16 años. Los encerró en su vivienda y vertió una botella de gasolina. Agentes de la Policía Municipal y Guardia Civil impidieron que les diera fuego. El detenido, sobre el que pesaba una orden de búsqueda y captura, al parecer ya había amenazado en otras ocasiones a su esposa, también procedente del mismo país. Los hechos tuvieron lugar a la una y media de la tarde en la vivienda que ocupaba la familia, en la céntrica calle Fray Diego de la ciudad del Ega, en el número 42.
M. M. E. ESTELLA.

Esta situación de presuntos malos tratos y amenazas, que el detenido infligía a su familia, la conoció el área de la Mujer e Igualdad del Ayuntamiento de la ciudad del Ega el martes por la mañana, cuando la mujer del detenido se acercó a las dependencias municipales y puso una denuncia a su marido por malos tratos y amenazas continuadas.

Al parecer, y según los testimonios recogidos, la alerta saltó el miércoles en torno a las doce y media, cuando se confirmó la ausencia de los hijos al centro de enseñanza al que acudían. Poco después, el caso se puso en conocimiento de la Policía Municipal y del Juzgado de la ciudad, que actuaron en coordinación con el área de la mujer de Estella, con el fin de tomar medidas y evitar que la amenaza se consumara.

Desde ese momento, efectivos del cuerpo municipal y de la Guardia Civil se desplazaron a la zona, una calle bastante transitada y con una densidad de tráfico considerable, y realizaron tareas de vigilancia en los alrededores del inmueble. Los agentes, que aguardaban en los bajos del edificio, mantuvieron un breve diálogo con el presunto autor del delito en un momento en que salió al balcón del edificio, según el testimonios de testigos presenciales.

Uno de los municipales accedió a la vivienda contigua para intentar detenerle, hecho que se produjo en torno a la una y media del mediodía. Así los agentes impidieron que el detenido prendiera fuego al piso, en la primera planta, ya que, para entonces había rociado con gasolina parte de la casa con su mujer y los menores dentro.

Los vecinos que pasaban por el lugar, así como los propietarios de las establecimientos cercanos, se percataron del suceso, aunque tampoco se produjo un excesivo alboroto que llamase la atención. Al parecer, la familia no está recién llegada, la mujer trabaja y el detenido, que se encuentra en prisión preventiva, no tenía empleo estable y realizaba trabajos esporádicos y temporales. El piso en el que vivían estaba alquilado y la propietaria llegó al inmueble avisada del suceso por algún vecino.