GABRIEL GONZÁLEZ. PAMPLONA.

Imelda Lorea desgranó las dos vías para la contratación de inmigrantes que desean venir a España: la ordinaria y el contingente. Las dos sirven para lo mismo, la obtención del permiso de residencia y trabajo por cuenta ajena (un año con dos prórrogas de dos años cada una), aunque ambas presentan distintos requisitos que la directora provincial de Trabajo explicó uno a uno.

La primera exigencia de todas es que la situación nacional de empleo exprese que no hay en el paro demandantes para ese tipo de trabajos. La segunda es que el empresario garantice que la actividad para la que solicita al trabajador va a tener vigencia durante un año. La tercera es que el empresario demuestre que puede hacer frente a esa contratación y acredite la necesidad. «Ocurre que algunas empresas pequeñas que solicitan trabajadores van a duplicar y hasta triplicar su plantilla actual», explicó Lorea. El cuarto requisitos es que las condiciones de la oferta estén ajustadas al convenio colectivo. El quinto, que se acredite la capacitación de los trabajadores para ese puesto, algo «complicado de hacer», según Lorea, «porque en muchos casos es algo difícil de acreditar y luego hay empresarios que se quejan porque no están capacitados». Además, es necesario que el inmigrante carezca de antecedentes penales y que no esté en situación irregular en España.

Selección en el país de origen

La segunda vía para la contratación de inmigrantes es el contingente. Aquí se trabaja con una valoración previa en la que anualmente los empresarios hacen llegar al Servicio Navarro de Empleo las necesidades de mano de obra en puestos de difícil cobertura para cada año, según sectores. Entonces, se hacen ofertas con este perfil en los países con los que España tiene convenios de flujo migratorios y la contratación se produce en el país de origen después de un proceso de selección. «La vía del contingente suele ser utilizada por las empresas medianas o grandes, porque exige un mínimo de diez y los empresarios suelen participar en la selección, lo que es un inconveniente para las pequeñas», señaló Lorea.

Al margen de estas dos vías, la directora general de Trabajo añadió una tercera que sirve para regularizar personas que ya viven en España: los arraigos. Existen dos tipos de arraigos, los de arraigo laboral, «que en Navarra no se ha dado ninguna en dos años», y que requieren dos años de residencia en España y uno de trabajo, y el arraigo social, que exige tres años de estancia y ser familiar de primer grado o un informe social. Por su experiencia, Imelda Lorea explicó que la vía ordinaria estaba sirviendo para reagrupar familiares que no son padres ni hijos ni cónyuges: «Para no contratar sin referencias, los empresarios preguntan a inmigrantes que ya trabajan para ellos. Y estos recomiendan a hermanos, primos..»