Reyes González

Una revolución causada por Borat Sagdiyev ha tenido lugar en las
pantallas. El protagonista de la cinta causante del revuelo es, en
realidad, el «alter ego» del cómico británico Sacha Baron Cohen, que
además de dar vida al protagonista, también es coautor del guión. Este
británico de origen judío triunfa desde hace seis años en la televisión de
su país con su «show» «Ali G», en el que interpreta, entre otros
personajes, al ingenuo reportero que ahora llega a nuestras pantallas.
Bajo la dirección de Larry Charles (procedente de la televisión), Borat es
un periodista de Kazajistán que llega a Estados Unidos con la intención de
rodar un documental para su país que mostraría, en aquel rincón del mundo,
las costumbres de sus habitantes; así lo creyeron, al menos, los no tan
inocentes americanos que participan en la historia sin saber que en
realidad son los actores principales.
«Mi nombre es Borat Sadiyev,
hijo de Azambala Sadiyev y Boktok el violador», dijo Sacha Baron Cohen al
presentarse en la rueda de prensa que ofreció en Los Ángeles. Y es que la
cinta muestra sin reparos las «tradiciones» de su nación: «Nosotros
matamos a los judíos, culpables de todas las guerras, a las mujeres no las
dejamos votar, y estamos orgullosos de la pena de muerte por crímenes como
limpiarse el culo con la bandera nacional».
Ni que decir tiene
que en Kazajistán no están nada contentos. Su Gobierno ha comprado
anuncios en el «New York Times» a toda página en los que advierten que en
el país respetan los derechos humanos, a las féminas y a los judíos, e
invitan a Sacha Baron Cohen a visitarlos. Mientras, los habitantes de
Glod, pueblo rumano en el que se rodaron las primeras secuencias, han
demandado al protagonista al descubrir que se burlaba de ellos. Quizás
también influyó el hecho de que les pagara una miseria por su
colaboración: la mujer que interpreta a la madre del personaje principal
apenas cobró 40 dólares.
retrato vergonzoso
Pero los problemas continúan: varios de los norteamericanos participantes
en su producción también han emprendido acciones legales contra el cómico:
«Les pagaron cuatrocientos dólares y les aseguraron que estaban rodando un
filme para Kazajistán, pero eso era un engaño», afirma el abogado que
representa a la mayoría de los damnificados.
Lo cierto es que
sus defendidos no salen bien parados en la cinta y más de uno debe
sentirse avergonzado de lo que llega a proclamar en pantalla, sobre todo,
cuando el resto del país esta riéndose de ellos a carcajadas. «Borat»
lleva dos semanas en pantalla y ha recaudado casi sesenta millones de
dólares, lo que convierte por derecho propio en la cinta del año.

Zoombando
Sus
antecedentes: Mucho antes de ser reportero, Borat Sagdiyev (a la izda, muy
bien acompañado) afirma «haber trabajado como «atrapa – gitanos, hacedor de
hielo y en el mantenimiento de computadoras: les quitaba los pájaros
muertos de los conductos».debut. Su primera aparición pública se remonta a
2003, en «El show de Ali G», donde ya llamó la atención por sus reportajes
deslenguados y bizarros. su mejor película. «Borat» es la única hasta la
fecha. Poco le importará no contar con el favor de la crítica tras los
sesenta millones de dólares que ha recaudado en apenas dos semanas. lo más
rosa. Su amor platónico por Pamela Anderson. De hecho, es una de las
razones que le han llevado a viajar hasta EE UU. lo más irreverente.
Norteamericanos y kazajos no son los únicos ofendidos. La Liga
Antidifamación anda detrás de Borat por sus hirientes bromas contra los
judíos.