maría olazarán

pamplona. Una de cada dos mujeres inmigrantes que reside en Navarra detenta una situación laboral irregular debido, en gran parte, a que la mayoría de este colectivo trabaja en el servicio doméstico. Así de las alrededor de 22.500 mujeres extranjeras que forman parte de la población activa, tan sólo 10.000 están dadas de alta en la seguridad social. Para facilitar la inserción laboral de este sector, la fundación Anafe puso en marcha la segunda edición del programa ¿Qué te pongo?, que ha proporcionado empleo a un total de 80 mujeres, la mayoría en el sector de hostelería o como dependientas de pesacadería. Los resultados de esta iniciativa “altamente positivos” según el director de la fundación, Eduardo Jiménez Caro, fueron presentados ayer durante el transcurso de unas jornadas celebradas en el Hotel Iruña Park de Pamplona.

La mayoría de las mujeres inmigrantes que residen en la Comunidad Foral trabajan en el servicio doméstico o atendiendo a ancianos y niños. Unos empleos en los que la irregularidad suele ser, en muchas ocasiones, la nota característica. Para introducir dentro de la economía formal a trabajadores que hoy se emplean dentro del mercado informal y para proporcionar trabajo a inmigrantes desempleados surgió este programa experimental, en el que de las 498 personas que se presentaron, se seleccionó a 80 mujeres. Durante más de cien horas se ofreció a cada participante una formación laboral y otra transversal. “Ésta consiste en pretender que adquieran hábitos, usos y costumbres que son propios de nuestros lugares pero no tanto del lugar de donde proceden, como son los relacionados con atención a cliente, prevención de riesgos o conocimiento del mercado de trabajo”, explicó Jiménez.

Asimismo, según indicó el director de Anafe, el 90% de las participantes realizaron prácticas no laborales en empresas, siempre en días no festivos, de lunes a viernes, en horario diurno y con un máximo de 3 horas “para evitar que las utilizase como mano de obra barata”.

incorporación al mercado Los resultados han sido “netamente positivos” ya que el 93% de las mujeres accedieron al mercado laboral, de las que la mayoría alcanza un contrato superior a los seis meses. Asimismo, según señaló Jiménez, la mitad de las participantes que realizaron prácticas en empresas fueron contratadas al concluir el periodo de aprendizaje.

Como ya ocurrió en la edición anterior, el sector servicios ha sido el máximo beneficiado del programa pero, así como el año pasado se dio formación en carnicería, en esta ocasión y en función de la demanda de trabajo, los empleos se han centrado en la pescadería, ayudantes de cocina y ayudantes de camarera de barra y restaurante.