S. B.

LOGROÑO. La Delegación del Gobierno en La Rioja atribuyó ayer a «un acto de puro fanatismo político y de confrontación permanente con el Gobierno central», procedente del Ejecutivo autonómico «que se ha acreditado como el más intolerante y racista de España», el hecho de que La Rioja no reciba más de dos millones de euros para programas de inmigración por no firmarse el convenio con el Estado ante la negativa riojana a acoger inmigrantes llegados a Canarias.

La cuestión ha sido llevada a la Audiencia Nacional por el Gobierno riojano del popular Pedro Sanz, un recurso que el asesor del delegado del Gobierno en materia de inmigración, Gustavo Gauthier, consideró ayer «un capítulo más en su estrategia de confrontación, aunque en este caso es más grave al tratarse de un tema tan delicado como la inmigración, que puede llegar a despertar sentimientos de xenofobia y racismo y que puede desembocar incluso en violencia».

A ello contribuye el Ejecutivo riojano «con una actitud totalmente reprochable», que le han convertido «en el único Gobierno que ha rechazado firmar este convenio sobre inmigración», advirtió el representante gubernamental.