El Papa pide más generosidad en la integración de los inmigrantes

ABC, 15-11-2006

EPA

Benedicto XVI durante la Gran Audiencia en el Vaticano

JUAN VICENTE BOO. CORRESPONSAL

ROMA. Benedicto XVI pidió ayer a los países ricos un mayor esfuerzo en la integración de inmigrantes y refugiados, dando prioridad a la reunión de las familias como elemento estabilizador de la vida en la nueva patria. El Papa denunció que muchas mujeres «terminan siendo víctimas del tráfico de seres humanos y la prostitución», y dio una voz de alarma: «la situación de las familias de refugiados parece empeorar respecto al pasado».

El mensaje anual del Papa sobre los inmigrantes se centra esta vez en la integración en el país de acogida y la necesidad de proteger los núcleos familiares, pero en la presentación del documento el cardenal Raffaele Martino abordó el aumento de la esclavitud en los países ricos, «a niveles muy superiores al antiguo tráfico de esclavos de África». El cardenal calificó de «inhumano» el muro que levanta Estados Unidos en la frontera con México, así como el que ha construido Israel en territorio palestino y el que planea Arabia Saudí en su frontera con Irak.

Benedicto XVI presentó «el drama de la Familia de Nazaret, obligada a refugiarse en Egipto» como ejemplo «de la dolorosa condición de todos los emigrantes, especialmente los refugiados, los exilados, los evacuados, los desplazados, los prófugos y los perseguidos». El Papa advirtió que «si no se asegura a la familia inmigrante una posibilidad real de integración y de participación, es difícil que llegue a un desarrollo armónico y a superar las dificultades que plantean los mecanismos de defensa de la primera generación de inmigrantes, que pueden llegar a impedir la maduración de la segunda». Todo eso requiere «actuaciones legislativas, jurídicas y sociales para facilitar la integración».

Actitud positiva

Benedicto XVI señala que «a los inmigrantes se les pide que cultiven una actitud abierta y positiva hacia la sociedad que les acoge, con una disponibilidad activa hacia las propuestas de participación». El cardenal Martino añadió que «deben respetar las tradiciones, los símbolos y la cultura del país de acogida», evitando lo que no encaje como, por ejemplo, el velo integral.

El Papa advirtió que «ha aumentado el número de mujeres que dejan su país en busca de mejores condiciones de vida y perspectivas profesionales más prometedoras. Sin embargo, no son pocas las mujeres que terminan siendo víctimas del tráfico de seres humanos y de la prostitución».

Explotación criminal

El caso de Italia es significativo. Entre las prostitutas callejeras hay 40.000 mujeres de otros países – en su mayoría del Este de Europa, Nigeria e Iberoamérica, incluidas menores – explotadas en condiciones de absoluta esclavitud. En Italia hay en torno a 100.000 inmigrantes chinos, ilegales en su gran mayoría, que trabajan como esclavos en talleres de confección, curtidos y lavanderías.

En la céntrica plaza Vittorio Veneto de Turín, venden droga docenas de niños marroquíes de 9 a 12 años, llegados clandestinamente en camiones que transitan por España.

La Iglesia no permitirá a las sociedades ricas hacer la vista gorda ante el problema, y el cardenal Raffaele Martino denunció ayer que «el tráfico de seres humanos y la esclavitud son hoy mucho peores que en el pasado, especialmente contra los niños, explotados como mano de obra, como soldados o como mercancía de prostitución». El problema de la moderna esclavitud es más hiriente «en un mundo que se dice libre, y proclama los derechos humanos, pero en el que se pisotean los derechos de tantas personas».

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