Juan Manuel Pardellas

Estimado Sr, gracias por haber publicado mi carta hace unas semanas. Hemos recibido el aliento de las palabras que nos remitió a mi y mi familia y le devolvemos los buenos deseos para los suyos. Aquí las cosas han empeorado. Como le dije, somos ya miles los jóvenes devueltos desde Canarias, que seguimos sin encontrar trabajo. Nadie nos da trabajo. Por el momento, no puedo embarcar en pirogue porque me detendrían los barcos españoles y de Senegal. Además, no tengo dinero. Toda la fortuna de la familia la gasté en mi anterior viaje. Algunos compatriotas ya han iniciado un lento y peligroso camino a pie o se organizan en furgones para intentarlo más al norte, en Mauritania, Marruecos o Argelia. Nadie va a dejar de intentarlo de nuevo. Los que aún estamos en Dakar hemos llenado las paredes de mensajes de protesta porque nos sentimos engañados por el presidente Wade. Estamos dispuestos a castigarle en las elecciones. Alguien tiene que encontrar una salida urgente a lo que está ocurriendo. Sin trabajo, sin dinero, sin esperanza de hacer nada, excepto que pasen los días, imagine nuestra situación. En las calles se respira tensión y es posible que haya enfrentamientos y se derrame sangre. Nos cuentan que en las aldeas del interior, el desánimo es aún mayor. Y en las costas, la mayoría de las pirogues ya no salen a pescar y las que lo hacen regresan con muy poco o ningún pescado. A Senegal siguen viniendo jóvenes de toda África, desde Mali hasta Congo, Costa de Marfil y Nigeria, por supuesto muchos desde Guinea. Usted me comenta que apenas llegan  pirogues a Canarias, que ahora zarpan barcas desde Marruecos y el Sahara. Algunas siguen saliendo desde aquí; ¿qué ha sido entonces de todos estos hermanos? Le ruego transmita nuestra opinión a su pueblo, que nos entienda. Sólo queremos trabajar para ayudar a nuestras familias, hacer algo de dinero y regresar a nuestro país. Me comentan que habrá una posibilidad nueva de coger un visado, de forma legal, pero somos muchos miles los que esperamos. ¿Qué cree que pasará? Que Dios le bendiga, Ousmane.