A pesar del ‘catenaccio’ impuesto por el Gobierno, rumanos y búlgaros contarán con una serie de ventajas el 1 de enero de 2007. Para empezar, podrán residir y circular por todo el territorio europeo.

Además, aquéllos que estén empadronados también podrán votar en las próximas elecciones municipales, según ha informado el Instituto Nacional de Estadística.

Las restricciones impuestas sólo afectan al mercado de trabajo, pero los empleados tendrán ciertas prerrogativas. Los trabajadores rumanos y búlgaros no estarán sometidos a la situación nacional de empleo, una consulta que siempre hay que realizar a la hora de contratar a un inmigrante. También tendrán preferencia a la hora de elaborar el contingente anual de trabajadores extranjeros.

Además cuentan con una facilidad añadida: podrán trabajar por cuenta propia como autónomos, sin ninguna restricción. Ésta fue la fórmula utilizada por muchos trabajadores polacos en su día, que también sufrieron la moratoria de dos años. «Yo contraté a muchos polacos como autónomos en mi taller mecánico. Es absurdo que te permitan residir en el país, pero no trabajar», explica Piotr, que tiene un negocio en Madrid.

Desde la Unión Hispano Rumana Dacia se muestran críticos con la moratoria, «porque el mercado laboral se regula solo y decide quién puede trabajar y quién no».

Esta organización va a realizar una campaña de escritos a la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí y a la Unión Europea, para exponer su situación y pedir al Gobierno español que reconsidere su postura.