CARMEN SERNA

Ayer se conoció el número de habitantes de la capital después de que las cifras del Consistorio y el INE no coincidieran. En la prórroga para revisar el padrón, 100.000 inmigrantes han renovado su ficha. Desde agosto, llegan más extranjeros al mes que antes. En total, ya son 534.975 Madrid ha ganado en los despachos más de 100.000 habitantes. La diferencia entre las cifras del padrón municipal y las del Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado julio (250.000 personas menos en el conteo nacional) obligaron a las administraciones a hacer una revisión en profundidad de los habitantes que viven realmente en la capital. La conclusión para el Ayuntamiento es clara: «Queda en evidencia que el padrón ya no es útil; hoy no existe la estabilidad de población de hace años y con esta ley no se puede dar respuesta a la movilidad de los ciudadanos», denuncia el concejal de Hacienda, Juan Bravo.

De hecho, la propuesta del Consistorio, ya trasladada al Gobierno nacional a través del INE, es que se modifique la ley del Padrón para que sea obligatorio inscribirse en el registro de la ciudad en la que se va a habitar durante un tiempo, «y si no, imponer una sanción importante. Una multa económica que obligue a cumplir la Ley», asegura.

Para Bravo, el asunto es sencillo: «Igual que no se puede conducir sin carné, tampoco se puede vivir en una ciudad sin empadronarse. Hay que buscar una regulación que garantice que la población que aparece en el padrón es la misma que la que hay realmente en la ciudad».

Según las cifras del Ayuntamiento, Madrid es una de las grandes perjudicadas con este modelo de registro. Primero, el tipo de inmigración que vive en la capital suele ser extranjero no comunitario, con mucha movilidad y obligado a renovar su tarjeta de empadronamiento cada dos años, un trámite al que muchos no están acostumbrados, como se acaba de comprobar. «Otras comunidades, sobre todo de Levante, tienen mayor afluencia de comunitarios que se empadronan y, como no tienen que renovar, vuelven a su país y siguen contando como población».

Además, el Gobierno municipal tiene contabilizado una bolsa de unas 200.000 personas, de entre 20 y 30 años, que viven en Madrid pero que no se han empadronado a pesar de estar plenamente establecidos. «No aparecen aquí, pero viven aquí».

El padrón es clave para algunas transferencias de dinero que el Gobierno hace a las regiones por temas como educación, sanidad, etc.