«Cabezas de turco» en la frontera de Ceuta

ABC, 12-11-2006

POR CARMEN ECHARRI

CEUTA. Las mafias dedicadas al tráfico de inmigrantes están comenzando a utilizar las tradicionales «cabezas de turco», harto explotadas en los casos de narcotráfico registrados en Ceuta durante los años 2001 – 2002, para garantizar la seguridad de quienes se dedican a introducir clandestinos en la ciudad autónoma, a través de la frontera del Tarajal que la separa con Marruecos. Al menos así lo sospechan las fuerzas de seguridad al haberse detectado los primeros casos en los que, sorpresivamente, y tras la

detención de individuos con inmigrantes ocultos en sus coches aparece un joven, siempre marroquí y de origen humilde, para autoinculparse del delito

facilitando así la puesta en libertad de los detenidos en un principio.

El «modus operandi» es sencillo. Se utiliza a jóvenes de la zona norte marroquí, procedentes de ambientes pobres, que supuestamente cobran una cantidad predeterminada por asumir el delito.

El sistema delictivo funciona sin problema alguno. Una vez que son detenidos quienes transportan a los inmigrantes, la organización alerta a esta «cabeza de turco» para que entre en Ceuta y acuda a las dependencias policiales para declarar que él ha introducido a la persona en el coche sin conocimiento del conductor. De esta manera consigue exculpar de cualquier delito a los detenidos al asumir la completa participación en los hechos. A cambio de esa asunción, que conlleva pena de cárcel, las mafias le dan el dinero a los familiares del supuesto culpable.

Las fuerzas de seguridad han tenido constancia de al menos dos casos de este tipo, ambos en menos de una semana y de similares características, lo que ha llamado la atención de los investigadores que sospechan de la apertura de una nueva vía como parte de los delitos de tráfico de personas.

En uno de los casos conocidos por ABC, se dio la circunstancia de la detención de dos jóvenes ceutíes residentes en la barriada de Juan Carlos I. Ambas habían cruzado la frontera con un inmigrante asiático oculto en un doble fondo. La detección del clandestino provocó la detención de las dos muchachas, que quedaron en libertad tan solo dos días después, cuando apareció en el cuartel de la Guardia Civil un joven de la localidad marroquí de Castillejos, confesando ser el autor del delito. Su declaración levantó las sospechas del Instituto Armado ya que es poco común que alguien acuda a la comandancia a confesar un delito, viniendo nada menos que de Marruecos.

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