Comentario de EL DÍA

¿Una amenaza o una invitación de Senegal?

El Día, 10-11-2006

DESPUÉS DE CONSEGUIR de España la promesa de un Plan África de inversiones para la zona, la entrega de material para la lucha contra la inmigración ilegal, “compensaciones” bajo cuerda a sus repatriados y un convenio de emigración concertada a partir de 2007 que supondrá el envío de 4.000 de sus nacionales al año con contrato laboral cerrado, Senegal todavía le pide a Canarias un esfuerzo más. Anteayer, el ministro de Comercio, Mamadou Diop, en la inauguración del IV Comité Bilateral España-Senegal, demandaba a este Archipiélago que multiplique por veinte la presencia de sus empresas allí y por diez su inversión como forma de frenar la inmigración ilegal hacia las Islas.

Al margen de que esas peticiones puedan cumplirse o no, ¿no suenan esas palabras a chantaje? Que nadie se escandalice. Recordemos que fue la propia prensa de Dakar la primera en utilizar ese término para referirse a las exigencias que presentaban las autoridades de su país en las semanas álgidas de la crisis de los cayucos.

Si la petición del ministro senegalés es una simple metáfora para expresar la necesidad de inversiones que tiene su país, pase; pero si en sus palabras había una insinuación de amenaza sobre lo que puede pasar si no se le da lo que pide, sería intolerable para las autoridades canarias y españolas, que están haciendo todo lo posible por compensar a una ex colonia francesa de los “perjuicios” que le ocasiona la devolución de sus emigrantes. Por otro lado, Canarias, con la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife al frente, lleva años invirtiendo en Senegal, organizando ferias comerciales para promover los intercambios y sufragando la formación de cuadros empresariales africanos en las Islas en programas concertados. ¿Por qué Canarias tiene que ser ahora la salvación de un país entero? Si nunca necesitaron de nosotros, ¿qué ha cambiado ahora? Las naciones no se salvan con Gobiernos dirigidos por gentes con ideas raras y con odios y rencores, sino con trabajo, honradez e inteligencia.

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El Gobierno canario ha puesto un parche en las múltiples necesidades pecuniarias de la Universidad de La Laguna y le ha concedido dos millones de euros para ir acometiendo algunas de las obras necesarias. Lo que tiene que hacer el presidente es deshacerse de su nefasto consejero de Educación, cuyo mantenimiento en el cargo le puede costar una sangría de votos a CC en Tenerife en las elecciones de 2007.

Godoy y su director general Gonzalo Marrero no quieren dar a la ULL lo que le corresponde. Eso es evidente. Ambos son perfectamente sustituibles, sin daño inmediato para el Gobierno, incluso por otro par de canariones sin tanta inquina a Tenerife.

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