BUZÓN

El alcalde y los menores

Diario Vasco, 10-11-2006

Antton Izagirre, Begoña Aldalur, Hektor Espin, Iban Ortiz y Aitor Iztueta (T. Bizirik)

El alcalde de Tolosa, Jokin Bildarratz, denuncia en las páginas del DV «el conflicto que generan los menores extranjeros». Desde TB queremos mostrar nuestra más profunda desaprobación y desacuerdo con dichas manifestaciones.

Nos cuenta el Alcalde que «no quiere caer en un discurso racista», cuando lo cierto es que su discurso rezuma racismo por los cuatro costados. ¿Dónde estaba el alcalde cuando conocidos ‘elementos’ locales provocaron situaciones de mayor riesgo, con heridos por arma blanca, que estuvieron a punto de costar la vida a ciudadanos de Tolosa? ¿o quiere hacernos creer que han sido estos jóvenes los que han traído ‘la droga’ a Tolosa?

Es muy fácil echar la culpa «a los de fuera». Es una tentación que cala muy fácilmente en amplios sectores de la población. Nuestro Alcalde, en lugar de realizar un discurso constructivo y educativo sobre un tema tan complejo como el de la inmigración, se lanza al populismo más sonrojante.

O tal vez, mediante una reacción tan airada frente a responsables de la Diputación pretende cubrir su lamentable sumisión en temas como el cierre del Centro Gerontológico que, éstos sí, han provocado un verdadero ‘conflicto’.

Somos absolutamente conscientes de la gravedad de las situaciones que algunos ciudadanos han tenido que padecer y por ello queremos mostrar nuestra solidaridad hacia ellos. Pero lo cierto es que discursos como el de Jokin Bildarratz no hacen sino aumentar el rechazo hacia estos jóvenes, y es precisamente este rechazo el que los condena a la marginalidad. Los «medios materiales y humanos» que evoca el Alcalde no son suficientes si los responsables públicos no son capaces de generar un clima de convivencia y respeto mutuo (..).

La administración se ha limitado a ‘amontonar’ a jóvenes de muy distintas edades en un centro que no reúne las condiciones para ofrecer a estas personas un futuro digno. No es suficiente con dar ‘pescado’ a jóvenes que vienen huyendo de la miseria, hay que enseñarles a ‘pescar’ y la administración, incluido el Ayuntamiento, debe poner los medios para ello. Menos cemento y más dinero para gasto social (gerontológico, Inmigración, sanidad, educación, ). Estos jóvenes deben tener un quehacer diario, y deben recibir una recompensa acorde al mismo. Así crecerá su autoestima, estudiando, trabajando sino, volverán a caer en la marginalidad.

Podríamos recordar el ejemplo reciente de personas que han llegado en situaciones parecidas y que en un entorno adecuado han encauzado su vida y se encuentran totalmente integradas.

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