«Se necesitan más centros de acogida para poder traer a menores de Canarias»

Marro pide «complicidad a los ayuntamientos y a los ciudadanos» para la integración de los inmigrantes

Diario Vasco, 10-11-2006

ARANTXA ALDAZ/

Roberto Marro (Lima, 1959) no se cansa de repetir la palabra integración en su discurso. «La condición de extranjero no tiene que ser un obstáculo en la convivencia», dice el director de Inmigración del Gobierno Vasco. Por eso, le «preocupa» la situación del centro de menores de Tolosa y advierte que «hay que reflexionar sobre la capacidad de acogida» del País Vasco. «Haciendo más centros se evita el hacinamiento de los menores, se brindan mejores servicios y los proyectos de integración son más eficaces».

- ¿Ha seguido el problema suscitado en torno al centro de menores inmigrantes de Tolosa?

- La información que tengo es la que se ha publicado en los medios.

- ¿Y qué opina?

- El Estado español ha firmado la Ley del Menor por el cual nos obliga jurídicamente a dar protección a todos los menores, independientemente de la nacionalidad o del grado de integración. Pero siempre hay que recordar que estamos hablando de menores. Debemos de potenciar todas las formas y proyectos de favorecer su integración.

- Precisamente una de las quejas de los últimos días es que los centros de acogida no reúnen las condiciones para conseguir una integración de los chavales.

- En primer lugar, me gustaría dejar claro que el Gobierno Vasco no tiene competencias sobre la guarda y tutela de los menores. Son las Diputaciones forales las que realizan esta labor. Yo no puedo entrar a valorar sobre las infraestructuras, porque no tengo conocimiento ni competencias para ello, pero sería importante que todos los centros tuviesen los recursos necesarios para que el objetivo de la integración sea real. Me refiero a recursos económicos, referentes a personal y a infraestructuras.

- Aunque no sea competencia del Gobierno Vasco, supongo que sí tratarán el tema de la acogida de menores inmigrantes con las diputaciones.

- Sí. Un tema que es importante dejar claro es que los temas de menores no son un ámbito de inmigración, sino del área de Bienestar Social. Lo que no quisiera es vincular el tema de la inmigración con los centros de acogida de menores. Los temas de menores se tienen que discutir en el área de menores y no en el de inmigración.

- Sin embargo, de lo que ahora se habla no es la acogida de menores, sino de la acogida de menores inmigrantes.

- En el caso de los menores acogidos por las diputaciones, todos presentan problemas, que requieren de diferentes soluciones. Pero no se les puede señalar con el dedo. Cada uno tiene un itinerario personal, y en el caso de los extranjeros, tienen una cultura diferente, pero esto no tiene que ser un obstáculo para su verdadera integración.

Integración verdadera

- ¿Cuáles son los ingredientes de una verdadera integración? La teoría suena bien, pero la práctica parece más difícil…

- Hay que construir más centros para menores que llegan desacompañados. También queremos la complicidad de los ayuntamientos y de la ciudadanía. Haciendo más centros se evita el hacinamiento de los menores, se brindan mejores servicios y los proyectos de integración son más eficaces. Pero esto no es sólo una tarea del Gobierno Vasco y de las diputaciones. Se necesita una mayor implicación de la ciudadanía y de los ayuntamientos. Es importante que los centros estén en zonas urbanas, y no excluidos. La ciudadanía debe asumir que lo mejor para estos menores es la convivencia. Así se evitarán problemas.

- Hay un problema añadido: los vecinos no quieren tener cerca de sus casas un centro de menores.

- Para evitar este rechazo, se necesita una labor pedagógica de todos los partidos políticos, de todas las administraciones y de los medios de comunicación. No podemos estigmatizar a un colectivo, en este caso el de los menores inmigrantes, añadiendo la etiqueta de ‘problemáticos’. Si partimos de ese mensaje, no le podemos exigir nada a la ciudadanía.

- ¿La red de acogida urgente de menores en Euskadi tiene capacidad suficiente para una realidad que va en aumento?

- La realidad es que cada vez hay más menores extranjeros. Por eso cuando el Gobierno central nos pidió acoger a menores procedentes de Canarias, nosotros manifestamos la necesidad de un plan estatal de acogida de menores extranjeros. Un plan estructural, y no basado en problemas coyunturales, con criterios estables y equitativos en la distribución, y a partir de ahí poder definir la capacidad de cada comunidad.

- Euskadi no figura entre las comunidades autónomas que ya han acogido a menores extranjeros procedentes de Canarias. ¿Cuándo se va a dar el paso?

- Estamos pendientes de la resolución de las tres diputaciones. Gipuzkoa ya se mostró dispuesta a acoger a un número de menores. Pero el acogimiento significa crear infraestructuras y las condiciones necesarias. En estos momentos, un acogimiento inmediato de los menores de Canarias sería poner en peligro la propia integración de los menores que van a venir. Considero oportuno y realista el establecer primero las infraestructuras para luego no crear un problema, no sólo para la comunidad, sino para los menores que van a venir. Álava también fue positiva al requerimiento, y en estos momentos es Vizcaya la que tiene mayores problemas, pues tiene más de 250 menores extranjeros, uno de los datos más altos. Entiendo que su cuota de solidaridad ya está cubierta.

- La demora en la acogida puede hacer pensar que es una falta de solidaridad con Canarias.

- Si no se acoge de forma inmediata no es un problema de solidaridad, sino de falta de infraestructuras y de nuevos centros.

- Si se necesitan más infraestructuras, ¿quién las va a sufragar? ¿El Gobierno central, el Ejecutivo autonómico o las diputaciones?

- Se buscarán fórmulas de financiación, si las diputaciones quieren acoger verdaderamente a menores de Canarias. La reflexión que hay que hacer es cuál es nuestra capacidad de acogida.

- Los educadores que trabajan en los centros dicen que están sobrecargados.

- Yo quiero ser respetuoso con las competencias que tienen las diputaciones. Ellas tienen que hacer una reflexión para definir cuál es su capacidad de acogida y qué criterios hay que establecer para un buen acogimiento.

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