El presidente electo de México, Felipe Calderón, dijo ayer en Washington que la victoria demócrata del martes podría generar “un espacio para la mejora de las relaciones” entre los dos países, una clara referencia a la inmigración. Antes de un encuentro con George W. Bush en la Casa Blanca, Calderón – que tomará posesión del cargo el 1 de diciembre – , no escondió su decepción por la decisión del Congreso saliente, controlado por los republicanos, de aprobar la construcción de un muro de 700 kilómetros de largo en la frontera común para frenar el paso de trabajadores clandestinos.

En un encuentro previo con periodistas del diario The Washington Post, Calderón dijo que el nuevo Congreso permitirá mejorar la situación. “Sé que el presidente Bush está pasando por un mal momento, pero existe una oportunidad después de las elecciones. Espero que el pueblo americano y el Congreso tengan la oportunidad de un debate racional”. Calderón cree que las inversiones y el desarrollo económico de su país serán más efectivos que cualquier valla de separación.