Absuelto el vecino de Hernani acusado de abusar de sus dos nietas cuando tenían 9 y 4 años

la audiencia de gipuzkoano da credibilidad al testimonio de la hermana mayor

Diario de noticias de Gipuzkoa, 08-11-2006

la audiencia de gipuzkoano da credibilidad al testimonio de la hermana mayor

Donostia. La Audiencia de Gipuzkoa ha absuelto al abuelo acusado de abusar de sus nietas de 9 y 4 años durante los casi dos años que estuvieron a su cargo y al de su mujer en un domicilio de Hernani, al no dar credibilidad al testimonio de la hermana mayor, principal prueba de cargo en su contra.

El fiscal y la acusación particular, que ejercía el padre de las dos hermanas – la madre ha fallecido – , solicitaban 30 años de cárcel para el acusado, un hombre de etnia gitana acusado de tres delitos de agresión sexual cometidos presuntamente contra las dos hermanas mientras sus padres estaban en la cárcel.

La sentencia de la sección primera de la Audiencia explica que, durante el juicio, celebrado el mes pasado a puerta cerrada, la hermana menor dijo no recordar los hechos, por lo que la principal prueba de cargo contra el imputado era la declaración de la niña mayor.

En la vista oral, la chica declaró que, mientras convivió con su abuelo, éste le practicó “tocamientos por todos los lados” y también le obligó a tocarle a él “casi a diario” y, cuando se negaba a hacerlo, la golpeaba y le decía que no contara lo que ocurría. La testigo relató también un episodio en el que dijo haber presenciado cómo su abuelo tocaba a su hermana mientras estaba acostada y que la pequeña lloraba, y explicó que cuando increpó al hombre éste le explicó que estaba dando un masaje a la niña porque le dolía la tripa.

La chica recordó otro incidente en el que ella y una amiga descubrieron a su abuelo masturbándose en el domicilio familiar y, cuando éste se dio cuenta de su presencia, les propuso un juego de contenido sexual.

entorno Sin embargo, la sentencia resta credibilidad al testimonio de esta chica porque el resto de pruebas practicadas en el juicio no corroboraron la existencia de malos tratos por parte del abuelo, ya que tanto los presuntos golpes recibidos como las “relaciones de contenido sexual” deberían haber dejado “alguna huella física” y, “previsiblemente, alguna influencia psíquica” en la niña “que debería haber sido advertida” por su entorno. El texto recuerda que en el juicio declararon el pediatra que la trataba, la directora del centro en el que estaba escolarizada, la monitora del haur txoko al que acudía a diario, la asistente social que se ocupaba de su caso y la trabajadora de Cáritas que se relacionaba con ella y ninguno de ellos percibió señal alguna de abusos. “Todos estos profesionales – precisa el escrito – eran conscientes de la inusual situación en la que se encontraban las niñas”, pero ninguno advirtió “signos de maltrato”.

La sentencia señala además que “resulta difícil que los tocamientos hubieran podido tener lugar casi a diario, dadas las reducidas dimensiones de la vivienda, el número de personas que residía habitualmente en ella y el horario del colegio y del haur txoko de los niños”. >efe

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