La ONU ha alertado en un informe del “enorme crecimiento” de la inmigración clandestina suramericana en España, señalando que los iberoamericanos, a pesar de su nivel de formación, muy similar al que se ofrece a los españoles, ocupan los puestos peores y sufren las mayores tasas de paro. Naciones Unidades está preocupada por las altas tasas de inmigrantes sin papeles de origen suramericano en España y por sus problemas de integración en el país. Un estudio oficial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), publicado por la ONU el pasado agosto, alerta del “enorme crecimiento” de este segmento de población clandestina y sostiene que ya en 2004 la mitad de los iberoamericanos en España se encontraba en situación de irregularidad.

Según las estimaciones de Cepal, obtenidas de la siempre controvertida comparación entre el padrón y las tarjetas de residencia del Ministerio del Interior, en 1999 sólo el 4% de los inmigrantes latinoamericanos eran ‘sin papeles’. Esa cifra creció hasta un 15% en 2000, se elevó hasta el 32% en 2001 y llegó al 51% en 2004. A 1 de enero de 2006, según el padrón, había en España 1.388.752 latinoamericanos, de los que sólo 986.178 tenían ‘papeles’, lo que apunta a un índice de irregularidad de casi el 40%, a pesar de que ya se contabilizaba a los inmigrantes de la última regularización extraordinaria de 2005.

Si para Naciones Unidas las facilidades para obtener la nacionalidad es la cara del sistema español, la cruz es que los suramericanos ocupan los peores puestos de trabajo del mercado. “Pese a que los latinoamericanos son el grupo de inmigrantes que más se acerca a los niveles de instrucción presentados por la población española, están mucho más concentrados en ocupaciones que demandan mano de obra no cualificada y poseen niveles de desempleo por encima de la población africana”, denuncia la ONU, que entiende que este colectivo de extranjeros americanos se encuentra en España “entre la exclusión y la integración”.