MERCÈ CONESA
BARCELONA

Jean-Claude Rodríguez es uno de los elegidos por Ashoka para que siga con la creación de comunidades de autogestión financiera, que son un respiro para muchos inmigrantes y algún autóctono. De momento ya existen 13 en Catalunya. “El sistema es simple: Se juntan unas 20 personas -suelen hacerlo por nacionalidades, pero también hay grupos mixtos- y aportan una pequeña cantidad de dinero para crear un fondo común”, explica Rodríguez. “Aunque sean 15 euros por persona, multiplicados por 20, ya dan un capital inicial de 300 euros”. Con 300 euros pueden hacerse muchas cosas: pagar un alquiler, comprar una lavadora o enviar dinero al extranjero. Cualquiera del grupo puede recibir un crédito de ese fondo que devolverá en el plazo que establece la comunidad y con un 1% de interés. “Nadie puede solicitar más de cinco veces su depósito o más del 40% del fondo existente”. “De momento -remarca Rodríguez- no ha habido un solo impago”.
Senegaleses y bolivianos son los que más comunidades han formado. Hay seis en Barcelona, dos en L’Hospitalet y otras cinco en el resto de Catalunya. “No se trata de sustituir a los bancos, que tampoco están interesados en créditos tan pequeños, sino de que las personas no sufran por no disponer de dinero ante una emergencia”. El sistema, al que ya se ha sumado más de un español, potencia la unión comunitaria en los barrios pobres.