Los niños rumanos son los que antes aprenden catalán

Un estudio vincula sus conocimientos al elevado nivel de integración escolar. La expresión oral es la que plantea más dificultades a todos los recién llegados

El Periodico, 25-10-2006

JORDI CASABELLA
BARCELONA

Los rumanos que acaban de llegar a Catalunya son los alumnos inmigrantes que obtienen mejores resultados en el aprendizaje del catalán. Su lengua de origen, también románica, facilita las cosas, pero los expertos consideran que son sus elevados niveles de integración al medio escolar los que acaban por determinar sus buenos rendimientos. En el otro extremo, los alumnos chinos con menos de dos años de permanencia en Catalunya son los que presentan más dificultades para manejar la lengua catalana. Sus dificultades tienen más que ver con su costosa adaptación que con las diferencias de su lengua inicial.
Los datos figuran en un estudio, dirigido por el profesor de la Universitat de Girona Ignasi Vila, en el que se analiza lo ocurrido en las denominadas aulas de acogida creadas en el curso 2004-2005 como “recurso para facilitar un aprendizaje acelerado de la lengua de acogida” a los niños que se integran en el sistema educativo catalán.
El trabajo, presentado ayer en Barcelona durante una jornada dedicada a diseccionar el funcionamiento de este tipo de aulas, destaca que los alumnos extranjeros que más tiempo llevan aquí, o los de más edad, no son los que mejor dominan el catalán cuando su aprendizaje no va acompañado de un proceso personal de integración escolar. Más horas semanales en el aula de acogida cuando el conocimiento del catalán es bajo “tampoco mejoran necesariamente su rendimiento de manera significativa”.

LOS RESULTADOS
Los autores del estudio han evaluado a cerca de 4.000 extranjeros matriculados en primaria que el curso 2004-2005 acudieron a las aulas de acogida. A pesar de que cerca de la mitad procedía de Latinoamérica, los más hábiles con la asimilación del catalán eran los rumanos, que representaban casi el 6% del total.
Los expertos afirman que, a final de curso, la puntuación media del alumnado recién llegado indicaba que superaba los mínimos fijados en comprensión oral y lectora, pero no en expresión oral, ni siquiera en los casos en los que el nivel de integración escolar era alto. Ello es atribuible a “la baja presencia de la lengua catalana en los lugares donde este tipo de escolares reside”.
De ahí los autores concluyen que si los extranjeros no aprenden el catalán a través de su participación activa en las actividades escolares, les va resultar extremadamente difícil hacerlo en su entorno social.

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