La alta abstención obliga a Parvanov a ir a una segunda vuelta en Bulgaria

El actual presidente se enfrentará al candidato ultraderechista con un amplio margen a favor

Deia, 23-10-2006

El actual presidente de Bulgaria, Georgi Parvanov, expresó ayer su confianza en vencer en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el próximo domingo, en la que competirá con el ultraderechista Volen Siderov.

Según los sondeos a pie de urna, en la primera vuelta celebrada ayer, Parvanov, candidato socialista, ganó en torno al 64 por ciento de los votos, mientras que Siderov, líder del ultraderechista partido Ataka, alcanzó alrededor del 20 por ciento.

Se manifestó satisfecho con el resultado electoral y consideró que no tiene nada que temer de cara a la nueva ronda.

«Cuando tienes tal resultado y tal correlación, no hay nada de que preocuparse», declaró Parvanov a la prensa, al tiempo que calificó dichos resultados de «convincente».

La alta abstención registrada eliminó las esperanzas de Parvanov de evitar una segunda vuelta el 29 de octubre, ya que la ley electoral exige un mínimo del 50 por ciento de participación para ganar en la primera ronda.

Sin embargo, sólo el 40 por ciento de los 6,4 millones de ciudadanos llamados a las urnas acudió a votar. En la segunda vuelta, el grado de asistencia a las urnas no es un factor a considerar. Los resultados oficiales serán dados a conocer por la Comisión Central Electoral durante la jornada de hoy.

El candidato por cinco partidos de la fragmentada derecha, Nedelcho Beronov, consiguió alrededor del 11 por ciento del voto, según los sondeos a pie de urna, por lo que queda fuera de la segunda vuelta.

Renuncia de la derecha

Según el sociólogo Kolio Kolev, los resultados alcanzados por Parvanov y Siderov se deben en gran medida a la renuncia de la derecha a participar activamente en estas elecciones.

Los resultados de las elecciones indican, en opinión del politólogo Evgeni Dainov, un seísmo en el sistema político búlgaro con epicentro a la derecha del espectro político.

Bulgaria celebraba ayer la elecciones para nominar un nuevo presidente en medio de una creciente desilusión política que finalmente ha quedado reflejada, como se pronosticaba, en una abstención sin precedentes. El país está sufriendo los graves problemas de la corrupción y la pobreza, motivos suficiente, según los analistas para provocar la desilusión de los votantes búlgaros.

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