Policía Nacional y Guardia Civil han colaborado en los dispositivos de control fronterizo y de lucha contra el crimen organizado «Han hecho un gran esfuerzo y serán unos grandes guardianes de la frontera europea». Desde el 1 de enero próximo Rumanía se convertirá en miembro de la Unión Europea y tendrá derecho a la libre circulación de sus ciudadanos en el espacio europeo. En ese momento se tendrá que convertir en guardián de la frontera y baluarte de la lucha contra las mafias que provienen de países de su entorno hacia la UE.

Desde la Policía Nacional y la Guardia Civil no tienen dudas. Están convencidos de que, aunque aún les queda un trecho por recorrer, el camino que siguen las autoridades rumanas es el correcto. Ambos cuerpos han colaborado y siguen colaborando con las policías de este país en el control de fronteras y en la lucha contra el crimen organizado.

Y esta cooperación ha dado ya importantes frutos durante los últimos meses. Han sido varias las operaciones conjuntas realizadas por España y Rumanía contra tramas delincuenciales.

Las autoridades del país del Este han hecho importantes esfuerzos en el control de fronteras. La cooperación de la UE ha sido imprescindible. Uno de los modelos más importantes de vigilancia de frontera aplicado ahora en Rumanía es el Sistema Integrado de Vigilancia del Estrecho (SIVE), que controla la Guardia Civil. La Policía de Fronteras de Rumanía, que cuenta con más de 20.000 efectivos, ha puesto en marcha, con la colaboración económica de la UE, un sistema de sensores y radares en toda la zona del Mar Negro similar al SIVE.

La colaboración con España, Gran Bretaña, Alemania e Italia ha sido y es clave en el mejor control de la frontera terrestre. Durante los últimos años, los autobuses cargados de emigrantes dispuestos a trabajar como fuera en la UE salían sin control. Los pagos a los agentes en la frontera para no tener problemas eran habituales. «Pero esas situaciones se están corrigiendo a gran velocidad». Desde la Unión Europea se le pusieron más de un centenar de condiciones para acceder al espacio común, «y prácticamente todas están cumplidas», explicó el secretario de Estado del Ministerio del Interior rumano, Anghel Andreescu. Informó de que se había puesto en marcha una Dirección General Anticorrupción, cuya jefatura está en manos de un fiscal. Y ya ha dado sus primeros resultados, explicó el alto responsable del Gobierno rumano. «En los dos últimos meses se ha investigado a más de 300 funcionarios de los cuales 78 han tenido que sentarse en el banquillo de los acusados. «Hemos hecho los deberes. Somos unos alumnos muy trabajadores», indicó.

Para el responsable de Interior, la lucha contra la corrupción policial ha sido una de las prioridades. Desde España recuerdan que la nueva estructura interna para luchar contra los agentes corruptos sigue el esquema y la organización de los departamentos de Asuntos Internos de la Policía Nacional.

Además, en todos los puestos de control, de paso de frontera, los ciudadanos tienen un número de teléfono en un cartel para poder llamar desde el mismo coche si algún funcionario les pide cantidad alguna por cruzar la frontera y denunciarlo en caliente, explican los mandos policiales de los puestos fronterizos de Oradea, en la frontera con Hungría.

Todo el renovado dispositivo de vigilancia de fronteras de Rumanía ha supuesto una inversión superior a los 1.100 millones de euros. Y estas medidas han permitido que el intercambio de información entre los agentes rumanos y los países de la UE sea cada vez más corto. Así, según explicaron los responsables del puesto de Arad, en un margen de entre 15 minutos y una hora, se intercambian datos sobre sospechosos que antes tardaba semanas.

La colaboración entre la Policía Nacional y el Inspectorado General de la Policía rumana para luchar contra el crimen organizado es muy estrecha. La última operación en la que ambos cuerpos colaboraron se produjo la pasada semana en España, donde un grupo compuesto por ciudadanos albano – kosovares y, por primera vez, rumanos, fue desmantelado con información procedente de Rumanía.

Pero, además, en este país han puesto en marcha también una oficina especial para atender a las víctimas de las mafias dedicadas al tráfico de seres humanos. Dicha agencia, en la que participan seis ministerios y varias ONG, atiende las necesidades de las víctimas que logran escapar de las garras de los delincuentes. La inmensa mayoría de ellas son mujeres que han sido víctimas de las redes dedicadas a la explotación de seres humanos. Según explicaron los responsables de la agencia, que funciona desde 2005, en los siete centros con que cuenta se han atendido ya a casi dos centenares de víctimas. Algunas de ellas fueron enviadas a España para explotarlas sexualmente.

Lo que sí tienen claro todas las autoridades rumanas es que la presencia de compatriotas suyos en nuestro país es mucho mayor del que mantienen las autoridades del Gobierno de Zapatero. El presidente, tras reunirse en junio pasado con el primer ministro rumano, Calin Popescu Tariceanu, cifró en 317.000 los rumanos legales en territorio español y apuntó que 165.000 están afiliados a la Seguridad Social. Los responsables policiales rumanos estiman en más de 800.000 los compatriotas que están en España. Consideran que más de tres millones de sus ciudadanos están trabajando fuera de sus fronteras. Los destinos favoritos: Italia y España. La razón, fundamental, el origen latino del idioma.