Antonio Carmona: «Nos paraba la Guardia Civil flamenca»

La Razón, 19-10-2006

- Primer disco como Antonio Carmona, ¿mejor solo que acompañado?
    – Mejor haciendo lo que a uno le gusta. Cada uno de los miembros de Ketama
nos hemos quedado en el sitio que hemos querido: Juan y Josemi optan más
por el flamenco y yo me he bajado del tren. Pero, en lo personal… Gloria
bendita. Son mi familia.
    – Usted es más picaflor, no para quieto.
    – Es que a mí lo que me encanta es absorber lo que más me interesa de
géneros distintos. El otro día estuve a punto de llevarme a Ben Harper a
casa para tocar un rato. Y con Lenny Kravitz pasa lo mismo: cada vez que
viene nos reunimos para tocar. Me avisa, preparo la merienda y ya está.
    – ¿Eso es contagioso?
    – Pues parece que sí. Mi hija
Lucía, de diez años, a la que por cierto le dedico un tema en el nuevo
disco, me comentó que ya había contactado con un representante para que
conociese su grupo, India Gitana, que tiene con Lola, la hija de Rosario.
Toca el piano, compone temas de rap… ¡está sembrá!
    – También le ha dedicado un tema a sus padres.
    – Sí, se separaron hace cuatro o cinco años por cosas de la vida que no
entiendo, por tonterías.
    – Y lo ha llevado fatal…
    – ¡Claro! Da igual que tengas cinco años o 41, que son los que tengo ahora.
Yo iba a comer un día sí y otro también a casa de mis padres… Mi madre
cocina de vicio. Publicó un libro: «La cocina gitana de Matilde Amaya».
Hoy me ha hecho un guiso de «papas»…
    – El nombre del
disco, «Vengo venenoso», es muy sugerente…
    – ¡Cómo no voy
a estar venenoso con las cosas que pasan! Con los inmigrantes muriéndose
en nuestras playas, la discriminación…
    – Algo que los gitanos
también han padecido.
    – Los gitanos hemos estado en un mundo muy
cerrado, tenemos que abrirnos. Pasa igual con los inmigrantes. Todos
tenemos que tirar p’alante. Y nos vamos a los países a currar, no a hacer
el gamberro.
    – Insisto con el veneno: también los hay muy dulces,
como el amor.
    – Yo traigo veneno del bueno. Y sí, el amor puede ser
muy tóxico, de venenoso, pero es que a uno le gusta. Te da un placer…
    – En el disco insiste en la fusión, con los disgustos que le ha dado en el
pasado…
    – Sí, en Ketama no lo pasamos bien con eso. ¿Tú sabes lo
que es llegar a Andalucía y que no te dejen pasar de Despeñaperros?
Parecía que estaba allí la Guardia Civil flamenca… ¡y que no nos dejaban
pasar! Trabajábamos de la mitad de España para arriba. Hemos llorado
tanto… Espero que ahora se den cuenta de que mucha gente oye flamenco
gracias a Ketama. Total, que no fuimos tan perros.
    – Y ahora, hasta
compone tangos en Los Ángeles, que ya tiene mérito.
    – Pues
me salieron unos tangos lorquianos que son la leche. Si en Estados Unidos
flipan si te ven hacer una tortilla de «papas», imagínate cuando nos oyen
tocar la guitarra.
    – Ya he visto su disco en el «top manta».
    – ¡La música está muy mal! Así no se puede reinvertir en nuevos valores.
¿Regalan el jamón o el queso? No, ¿verdad? Pues la música tampoco.
   

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