"De poder votar, habría que ver si los inmigrantes se implicarían"

El País, 19-10-2006

Andrea Cardinali (Buenos Aires, Argentina, 1962) llegó a Canarias hace más de seis años por razones personales y de trabajo. Es, pues, “de la camada de argentinos del 2001”, ríe, refiriéndose a que la suya no fue una migración por razones estrictamente económicas como la del corralito. Un año y medio después, recaló en Barcelona, donde trabaja como diseñadora gráfica y consiguió los papeles en la última regularización. Se declara una “enamorada de Cataluña y los catalanes”, y habla catalán con fluidez. Pero no entiende el debate nacionalista: “Se es catalán o no. Yo soy argentina, no hace falta que me lo recuerden. Me encanta que la gente sea catalana, pero no que se haga política con ello”.

Pregunta. ¿Qué le parece la situación política de aquí?

Respuesta. España me parece muy especial. Antes de llegar tenía la idea de que era un todo, pero te das cuenta de que es muy diversa, son muchos países en uno. Y dentro de cada uno de ellos, también hay muchas realidades distintas… es apasionante.

P. Tiene papeles, pero no puede votar. ¿Le gustaría?

R. Sí, por el acto en sí, porque tengo todas las obligaciones de un español pero no puedo opinar, y porque creo que la situación de las personas es cada vez más difícil. Cada día es más complicado vivir con tranquilidad y votar te da derecho a elegir una opción que pueda mejorar la vida de los ciudadanos.

P. Si pudiera, ¿a quién votaría?

R. A Montilla. Creo que, dentro del capitalismo y la globalización, el socialismo puede ayudar a la igualdad social y a mejorar la educación, que es lo más importante. La derecha baja impuestos y te concede créditos, pero no invierte en formación, así la gente no piensa, lo sé por experiencia. Quizá el socialismo no es la solución, pero tiene esa sensibilidad de dignificar a la persona.

P. ¿Quién cree que ganará?

R. Creo que no habrá mayorías y habrá que volver a pactar. Pero es imprevisible, porque aquí mucha gente con la que hablo vota a la contra, no por convicción.

P. ¿Piensa que si los inmigrantes votaran la situación sería muy distinta?

R. Por parte de los inmigrantes, habría que ver si los diferentes colectivos se implicarían. Hay migraciones muy dispares: creo que se involucraría la gente que se integra, la que entra a todo lo que te ofrece el nuevo lugar. Pero la gente que siente que está de paso no creo que votara.

P. ¿Y por parte de los partidos, cambiaría mucho el discurso?

R. Estoy convencida de que si por fin se acaba el problema de ETA, los protagonistas del próximo gran tema de debate seremos los inmigrantes. Pero repito, habría que ver quién se involucraría. Respecto al discurso, soy capaz de imaginarme el de los partidos de izquierdas, pero no el de la derecha, que de entrada iría en contra de nuestro derecho al voto.

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