Madrid – El Partido Popular denunció ayer un «incremento explosivo» de la
criminalidad en los últimos meses frente al que «el Ejecutivo no sólo no
hace nada», desde que «desmantelara las políticas del PP en materia de
seguridad ciudadana, frenando el retroceso que se había iniciado durante
nuestro periodo al frente del Gobierno».
   Así, lo manifestó ayer
Ignacio Astarloa, quien insistió en la «grave dejación» del Ejecutivo en
sus funciones en la materia. Según el secretario de Libertades Públicas,
Seguridad y Justicia del PP, el Gobierno de Zapatero «ha retirado de la
calle a la Policía, que no tiene medios y, lo que es peor, le ha tirado a
la cabeza su responsabilidad a los Ayuntamientos y las comunidades
autónomas».
   Ante esta situación de «máxima emergencia»,
Astarloa – que se solidarizó con la última joyería atracada así como con el
gremio de comerciantes en general – anunció «un plan de choque alternativo
al del Gobierno en política de seguridad» con motivo de la inminente
Conferencia de Seguridad del próximo noviembre. Ante este «asombroso
rebrote» de la criminalidad, el Partido Popular apostará por medidas
estructurales que recuperen el modelo policial anterior.
   En este
sentido, el dirigente popular cifró, frente a los datos «maquillados» que
ofrece el Ministerio de Interior, en un 12% el incremento de la
inseguridad ciudadana desde que el PP pasó a la oposición. Por esta razón,
exigió al ministro Pérez Rubalcaba unas «cifras mes a mes, que todo el
mundo desconoce», al tiempo que recordó que en la oposición, el PSOE
prometió el oro y el moro en lo que a seguridad se refiere».
   Errores encadenados
   Asimismo, Ignacio Astarloa
también se refirió a la posible regularización de Batasuna al calificar de
«gravísimo error» las palabras de Zapatero con motivo del Día de la
Hispanidad. Un error encadenado más tarde por el propio Gobierno al tratar
de «desviar la atención» sobre sus palabras.
   Finalmente, Astarloa tachó en la crísis del PSOE por la alcaldía de
Madrid como un «vodevil», donde «lo importante no es saber a quién
nombran, sino quién dimite».