EL RETO DE LA INMIGRACION / Las propuestas

La Ley de Extranjería puede cambiar por cuarta vez en 6 años

El Mundo, 15-10-2006

Y van cuatro. Si el Gobierno socialista decide finalmente modificar la Ley de Extranjería, ésta sería la cuarta reforma de la legislación en tan sólo seis años. La última de ellas se produjo en 2003, durante el Ejecutivo de José María Aznar, y contó con el apoyo del PSOE.


Pese a que el Gobierno popular intentó endurecer el texto y hacerlo cada vez más restrictivo, lo cierto es que ninguno de estos cambios logró frenar la llegada de irregulares a España por tierra (Los Pirineos), mar (costas andaluzas y canarias) y aire (aeropuertos como el de Barajas o El Prat). El Reglamento de la Ley de Extranjería, elaborado ya con el Ejecutivo socialista, sólo contribuyó a empeorar la situación. En él se abría una regularización extraordinaria de inmigrantes, que no estaba contemplada en el texto de la ley, lo que provocó duras críticas del PP y de nuestros socios europeos.


Un año después de aquella regularización, se han batido todos los récords de llegadas de inmigrantes por mar con más de 27.000.


Ante esta oleada de cayucos sin precedentes, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha mantenido esta semana contactos con todos los grupos parlamentarios para estudiar una posible reforma de la normativa. Coalición Canaria considera imprescindible cambiarla para ampliar el plazo de 40 días que los inmigrantes permanecen internados y simplificar los trámites administrativos de las expulsiones.


Pero, ¿vale de algo modificar la ley cuando en el aeropuerto de Gerona, un auténtico coladero de irregulares, sólo dos policías vigilaban este verano la llegada de 12.000 pasajeros? Este diario ha consultado a varios expertos y les ha planteado cuatro preguntas para ver si es realmente útil un cambio legislativo.


1Reforma. ¿Es necesaria la reforma de la Ley de Extranjería que está estudiando el Gobierno y, si es así, qué artículos habría que modificar?


2Cambios. ¿Tiene sentido andar variando la normativa de Extranjería cada dos o tres años?


3’Efecto llamada’. ¿La regularización realizada por el Ejecutivo en 2005 ha provocado un ‘efecto llamada’?


4Permisos. ¿Es más fácil conseguir los ‘papeles’ en España que en otros países europeos?


«Si recortan derechos habrá movilizaciones»


YOLANDA VILLAVICENCIO


PRESIDENTA DE LA ONG COLOMBIANA AESCO


1. Cada reforma de la ley ha sido más restrictiva que la anterior. Si la van a modificar en el sentido de prohibir que no se realicen más regularizaciones masivas, eso es poner puertas al campo. Además, cada vez que un asunto de extranjería llega a los tribunales, dan la razón a los inmigrantes. Si la ley va en el sentido de restringir más derechos, habrá movilizaciones de los sin papeles. El Gobierno también debe hablar con los movimientos asociativos a la hora de cambiar la ley y no sólo con los partidos políticos.


2. Son los inmigrantes quienes están padeciendo esta situación. No se debe reformar la ley porque los instrumentos jurídicos son suficientes, pero no funcionan. ¿Cómo quieren que haya inmigración legal si la Administración no es operativa? Hay derechos que están contemplados en la ley, que no se cumplen por la falta de medios administrativos. La reagrupación familiar no funciona porque tardan ocho meses en dar las citas. Al final, los inmigrantes se traen a su familia por la vía del hecho y no la del derecho.


3. No creo que la regularización tenga implicación directa en el hecho de que venga más gente. Los inmigrantes vienen porque trabajan en la economía sumergida y son absorbidos por ella. Ése es el efecto llamada. Por cada 10 inmigrantes, tres trabajan sin contrato. En la actualidad, vienen muchos bolivianos porque no necesitan visado y saben que se van a incorporar al mercado negro de trabajo.


4. Si la ley actual funcionara sí que sería más fácil lograr los papeles que en otros países. Aquí hay un padrón y los irregulares pueden acceder a unos derechos. Además, está la figura del arraigo y España no está en una inmigración cero como Francia y Alemania. Además, en España funcionan los cupos de trabajadores extranjeros porque hay una demanda de empleados.


«El arraigo no existe en otros países»


RICKARD SANDELL


ANALISTA DEL INSTITUTO ELCANO


1. Depende de lo que se quiera conseguir. Pero no sabemos qué proyecto de inmigración tiene el Gobierno para el futuro. Cada vez que España cambia la Ley de Extranjería es para responder a un fenómeno de actualidad como la crisis de los cayucos y las entradas de irregulares.


2. La ley española ya es bastante restrictiva y es difícil emigrar a España. A su vez, es permisiva porque la inmigración irregular ha aumentado. El legislador intenta variar la norma para adaptarse al fenómeno de la inmigración que es muy cambiante.


3. No ha habido un incremento de los irregulares en España por culpa de la regularización. España está recibiendo de manera constante unos 600.000 inmigrantes al año. Las llegadas se deben más a que los ciudadanos de algunos países latinoamericanos no necesitan visado para venir a España. Otro de los motivos del incremento de las llegadas se debe a que los africanos han visto que el viaje a España es posible y entonces mandan un mensaje positivo a sus compatriotas. Una vez que el viaje concluye con éxito, hay más gente incentivada para hacer lo mismo. Ahora que el Gobierno está aumentando las repatriaciones, es muy posible que disminuyan las salidas porque el mensaje que reciben es que les va a costar más arriesgarse.


4. La legislación española otorga derechos de una forma más directa que otros países. España concede derechos sin condiciones de un futuro permiso de residencia. Esos derechos no pueden ser responsables de un efecto llamada. En cambio, la legislación actual que permite pasar de un estatus de irregular al de regular sí que puede ser interpretada como un incentivo. La figura del arraigo no existe en otros países europeos. La legislación contempla regularizar a los irregulares y esto no aparece en otras legislaciones europeas.


«Los políticos tienen miedo a las ONG»


RODRIGO GAVILAN


PORTAVOZ DEL SINDICATO POLICIAL CEP


1. Sí. Se tenía que haber reformado hace mucho tiempo. Primero, porque la ley no contempla los tratados internacionales de independencia firmados con las antiguas colonias de América Latina en las que se establecía el libre tránsito de estos ciudadanos. Por tanto, la figura del arraigo laboral y social debería aplicarse sólo a los hispanoamericanos. También pedimos que se pueda expulsar a un delincuente extranjero a su país aunque tenga permiso de residencia permanente, ya que la ley no lo permite en la actualidad. Otra de las demandas de la CEP es que todas las renovaciones de los permisos queden suspendidas si el inmigrante tiene causas judiciales pendientes, hasta que no se produzca sentencia firme. Así evitamos dar los papeles a un inmigrante que luego resulta condenado por un delito.


2. El político español tiene miedo a hacer una reforma en profundidad de la Ley de Extranjería y sólo se dedica a poner parches. Los partidos tienen miedo a las ONG y, como no hacen una reforma en condiciones, andan cambiando la legislación cada poco tiempo.


3. Sí. La inmigración irregular en España no tiene solución porque han abierto la caja de Pandora con la regularización masiva y con las palabras del ministro Caldera en Marruecos en las que prometía que iba a dar papeles a los subsaharianos. Las ONG siguen mangoneando la política de inmigración y tienen más peso que un sindicato de policía.


4. España es el único país de la UE que regulariza a los ilegales. Por eso, durante la regularización pasada las bolsas de sin papeles de toda la UE se desplazaron a España. El padrón municipal se ha convertido en un negocio porque es una fuente de ingresos. A los ayuntamientos les interesa que se empadronen los ilegales, pero luego se niegan a facilitar las fotocopias de los pasaportes a la Policía para que pueda expulsar a los irregulares.


«La regularización no era necesaria»


ROSA APARICIO


INVESTIGADORA DE LA UNIVERSIDAD DE COMILLAS


1. Cambiar la legislación no tiene mucho sentido si se tiene una cierta sensatez. Y no sé si se va a reformar realmente. Se trata más bien de un gesto político para apaciguar la situación. Además, no creo en la eficacia de la ley para frenar este tipo de cuestiones, como la oleada de cayucos. La llegada de inmigrantes por mar ha sido intensa durante un tiempo, pero los números tampoco son tan alarmantes. ¿Qué representan 25.000 personas para la población española? En lugar de alarmarnos, hay que buscar cómo incorporar a esos 25.000 inmigrantes.


2. Cuando hay un problema coyuntural, el gobierno de turno se dedica a cambiar la ley como si esto tuviera un efecto mágico. Variar la norma cada poco tiempo genera confusión. La ley ya tiene instrumentos suficientes que apenas se han utilizado, como los contingentes de trabajadores extranjeros, que deben estar más ajustados a las necesidades de la economía.


3. Sí lo ha generado. A lo mejor utilizando las figuras que contemplaba la ley no hacía falta hacer una regularización masiva, que ha sido muy llamativa. Pero si interesa políticamente, entonces se hace más llamativa. La legislación ya contempla figuras que podrían utilizarse, como el visado de búsqueda de empleo por tres meses para los inmigrantes, que casi no ha funcionado. Este instrumento es muy útil, porque en España el 80% de las empresas tiene menos de 20 empleados.


4. En un sentido, sí. La figura del arraigo no existe en otros países. La ley tiene medios para regularizar a los inmigrantes de una manera discreta sin tener que utilizar una regularización masiva. Es una legislación más humana que en otros países europeos y eso es positivo. En ningún país de la UE los inmigrantes irregulares tienen acceso al padrón y a que eso les proporcione unos beneficios como la sanidad y la educación.

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