Cinco inmigrantes burlan la sirga de Melilla en un intento de asalto de 40 personas

ABC, 03-10-2006

CARMEN ECHARRI

MELILLA. Cinco inmigrantes subsaharianos resultaron heridos leves tras un nuevo asalto a la valla que separa Melilla de Marruecos protagonizado la pasada madrugada por 40 inmigrantes. El grupo saltó alrededor de las 6.40 horas sorprendiendo a la Benemérita que nada sospechaba de esta concentración de clandestinos, detectada en cambio por la Policía marroquí. Los gendarmes abortaron un segundo intento de asalto, minutos después, de los inmigrantes que habían quedado en territorio alauí.

El delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, reconocía lo sucedido tras una mañana de oscurantismo en la que la Policía llegó a afirmar que desconocía el asalto. Chacón confirmó que se produjeron cinco heridos leves, al quedar enganchados en las concertinas – alambres cortantes y enrollados en forma de fuelle que coronan las vallas – . Fueron rescatados por la Guardia Civil y atendidos después en Melilla. Según el delegado, los cinco inmigrantes no habían conseguido cruzar el entramado fronterizo – a pesar de que ya estaban en Melilla – . La apreciación se basa en que quedaron encerrados en las concertinas y, por tanto, no superaron la barrera de las sirgas tridimensionales colocadas tras los asaltos masivos y dramáticos de hace un año. Otros quince clandestinos no consiguieron su objetivo: quedaron enganchados en la sirga y fueron devueltos a Marruecos y detenidos.

Las concertinas siguen

Los heridos han sido acogidos ya en el CETI, tras haber pasado tres de ellos por un centro de salud local y los otros dos por el hospital comarcal. Presentaban heridas y cortes producidos por las concertinas que todavía no han sido eliminadas de la frontera a pesar de provocar alguna de las muertes ocurridas en los perímetros el año pasado.

El delegado del Gobierno destacó que los inmigrantes pudieron utilizar escaleras para saltar hacia una de las vallas empleando posteriormente una nueva técnica con el fin de salvar las sirgas, que forman un laberinto de acero difícil de superar. Según Fernández Chacón, una vez subidos en la primera valla pudieron saltar hacia la segunda, a pesar de los 2,5 metros de separación, o bien lanzar una cuerda de lado a lado para poder alcanzar la segunda valla quedando enganchados en ella.

Este nuevo asalto a la valla se produce después de que en julio murieran tres inmigrantes – uno en Marruecos – en otro intento a la desesperada de acceder a territorio melillense. El delegado del Gobierno elogió la eficiencia de las sirgas aunque reconoció que existen «puntos vulnerables» que pueden fallar y sobre los que se está trabajando para evitar accesos clandestinos, como la treintena que se produjeron el año pasado en menos de tres meses.

Durante el asalto de la pasada madrugada en la zona denominada como Vaguada Linares, los agentes de la Benemérita no emplearon material antidisturbios al verse sorprendidos por el movimiento de los subsaharianos.

Chacón admitió ayer la existencia de un grupo de 150 inmigrantes que están asentados cerca de la frontera melillense con la intención de entrar de manera ilegal en la ciudad. Existe además otra bolsa de unos 300 clandestinos establecidos más allá de la frontera. Situación similar se produce en Ceuta, aunque con menos inseguridad ya que según ha reconocido el delegado del Gobierno, Jenaro García Arreciado, se ha detectado una bolsa de subsaharianos en las cercanías de Tetuán, a unos 30 kilómetros de la ciudad, mientras que en las proximidades de la frontera, tras un vuelo de la Guardia Civil, no se han registrado asentamientos a simple vista. Esto no significa que no existan, ya que ONG como Médicos Sin Fronteras están atendiendo a poco más de cien subsaharianos que se ocultan en los bosques próximos a la ciudad autónoma, tal y como informó el pasado fin de semana ABC.

Tras el último asalto Marruecos ha reforzado visualmente su frontera con varias unidades en un intento de evidenciar que hay respuesta inmediata. La Benemérita está investigando la nueva forma de salto empleada, ya que se sabe que utilizaron unas cuerdas para pasar de valla a valla. Además, según los investigadores, disponían de muy buena información sobre la frontera y sobre las zonas donde todavía la sirga no está instalada del todo. Esto significa que los saltos están siendo organizados y dirigidos.

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