Joanes Allende Enciondo. Bilbao

He hecho un intento por descifrar los presupuestos de la Diputación de Bizkaia. Son unas cuentas poco desglosadas, ambiguas, demasiado generales e inútiles. Son presupuestos públicos que el público no puede descifrar. Tal vez en eso se apoya el diputado de Acción Social, José María Aburto, cuando dice que la Diputación está desbordada ante la realidad que plantean los menores no acompañados en Bizkaia. No contento con crear alarma social en rueda de prensa diciendo que la administración foral no puede afrontar las necesidades de los menores no acompañados, suscita el conflicto social por la competencia de las ayudas sociales y bajo la idea de la prioridad nacional. Dice el diputado que “de seguir a este paso, la red de menores extranjeros pronto igualará a los vizcainos” y se pregunta si la demanda de “los menores vizcainos está debidamente atendida ante la progresiva llegada de inmigrantes”. ¿Acaso los menores no acompañados no son parte de Bizkaia, y es que hay en Bizkaia menores de primera y de segunda? ¿Por qué no hay presupuesto suficiente para necesidades humanas tan básicas? ¿Cómo es que no existen tantos problemas con las partidas de personal o grandes infraestructuras?
Es absolutamente irresponsable y denunciable que un representante político utilice a los menores no acompañados en vez de reconocer el fracaso presupuestario e institucional. Es preocupante que un representante político fomente el conflicto social y el enfrentamiento entre la población. Es despreciable que un representan político utilice como argumento la imposibilidad de reparar los centros de menores fomentando la idea de menores incontrolados y destructores. Es increíble que un representante político eluda su responsabilidad de gestión y nos pretenda convencer de que no hay dinero público. Señor Aburto, no eches balones fuera, no delegues responsabilidades, lucha dentro, en casa, con los departamentos,, no te escondas en la estrategia de la agrupación familiar que no son más que expulsiones encubiertas, no utilices a la ciudadanía y mucho menos a los menores.