Madrid – La Comunidad de Madrid ha alcanzado este año una cifra récord en
toda su historia: seis millones de habitantes que hacen de esta región un
oasis demográfico en el interior de la península. El imparable crecimiento
de la Comunidad, un 30 por ciento más que la media nacional, la sitúan en
el primer puesto poblacional de España, junto a Cataluña. Madrid creció en
los últimos cinco años en un 14, 57 por ciento de su población. Sin
embargo, la principal causa del crecimiento madrileño no fueron los
nacimientos. La inmigración ha sido el referente del crecimiento
demográfico de Madrid desde el año 2000. Por cada 100 nuevos residentes,
80 fueron extranjeros empadronados en la región, y sólo 20 son madrileños
«natos». De este modo, la población inmigrante se sitúa en torno a los
773.833 habitantes, un 360 por ciento más de los 167.000 extranjeros
residentes en Madrid del año 2000. Fernando Merry del Val, consejero de
Economía e Innovación Tecnológica, no descartó ayer en la presentación del
Boletín «Demografía y Salud», que el «efecto llamada» haya sido uno de los
principales motivos de este fenómeno. Así, los colectivos que
experimentaron un mayor crecimiento fueron los ya asentados, como el
ecuatoriano, el rumano y el colombiano. Además, la integración de la
población extranjera ha sido un hecho contrastable en el aumento del
número de matrimonios entre españoles y extranjeros, 3.174 el pasado año;
y del número de nacimientos en la región de hijos de inmigrantes, uno de
cada cinco en el año 2005. La reforma de las metodologías del INE no ha
sentado bien en la Comunidad. Merry del Val criticó ayer la decisión del
organismo de dar de baja de sus datos a aquellos extranjeros que no
renuevan su tarjeta de residente cada dos años. «El INE pretende que
disminuya la población de la Comunidad», afirmó Merry del Val, quien
señaló que todos estos inmigrantes obviados por el INE están dados de alta
en la Sanidad, la Educación y el Paro, entre otros, por lo que los gastos
que afronta el Gobierno regional por su bienestar no están respaldados por
el Gobierno Central. Por ello, muchos ayuntamientos de la región abrieron
estos dos últimos años sus oficinas municipales los sábados para facilitar
la inscripción de los inmigrantes. La caída de la natalidad se frenó en
esta legislatura. El pequeño aumento de nacimientos respecto a 2004, 335
niños más, demuestran cierto estancamiento de una tendencia que duraba 25
años. Sin embargo, existen zonas de la Comunidad cuyo crecimiento destaca
por encima del resto: el cinturón metropolitano, en especial la zona
noroeste con Majadahonda y Las Rozas a la cabeza. No obstante, el área
metropolitana, incluyendo la periferia, sumó 57.779 nacimientos mientras
el resto de municipios solo celebró 10.381.
   Menos bodas
   La celebración de bodas, por otro lado, ha decaído en la región. Si en 1975
se celebraron 34.223 enlaces, el año pasado solo se festejaron 25.339 a
pesar del incremento demográfico. Además, las parejas deciden cada vez más
casarse por lo civil, 22.000 bodas frente a 12.000 enlaces religiosos en
2005.