"El inmigrante obtiene más de lo que aporta"

El Periodico, 23-09-2006

“El inmigrante obtiene más de lo que aporta”
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HELENA GARCIA MELERO




De pequeño quería ser rico como su tío Juan, y por eso estudió Económicas. Hoy, su receta para superar los males del mundo pasa inexorablemente por la economía liberal. Xavier Sala Martín, doctor por la Universidad de Harvard, es uno de los economistas más prestigiosos del mundo. Este verano ha sido presidente en funciones del Barça y uno de los principales avaladores de la decisión de publicitar al Unicef en la camiseta. Su nota más excéntrica salta a la vista: las americanas.

– – ¿Por qué es tan importante el dinero?
– – Porque incluso aquello que aparentemente no se puede comprar se compra. Está muy bien decir que la salud es más importante que el dinero, pero es que resulta que la salud se compra. El dinero no da la felicidad, pero ser pobre es ser infeliz. Las madres africanas sufren igual que las madres catalanas cuando se les muere un hijo, pero a ellas eso les ocurre mucho más a menudo. ¿Por qué? Porque son pobres.

– – ¿Nosotros somos responsables de esa pobreza?
– – Existe una idea equivocada que es que si nosotros somos ricos es porque les explotamos. Y no. Ellos son pobres porque sus líderes políticos hacen las cosas mal, porque están rodeados de ladrones, de guerras… Ahora bien, como seres humanos, sí que deberíamos sentir una cierta responsabilidad.

– – Y de ahí su fundación Umbele de ayuda al tercer mundo. Usted es también presidente de la comisión económica del Barça.
¿De dónde salió la idea de publicitar al Unicef en las camisetas?
– – Cuando el presidente Laporta me lo planteó, me pareció fantástico. En una ocasión, yo le dije que consideraba que el Barça era una herramienta muy poderosa para poder arreglar los problemas del mundo. Eso sí, sin dejar de ganar títulos y dinero. No es cierto que lo importante sea participar: lo importante es ganar. Pero se puede ganar de muchas maneras.

– – ¿Y el negocio de esa publicidad?
– – Es que no hay negocio. Esa es la grandeza de la operación. Eso da un nombre y una imagen al Barça que es posible que a la larga le haga ganar más dinero. Cuando acabamos la reunión con el Unicef, en Nueva York, una chica me dijo, llorando, que a partir de aquel momento cuando viera fútbol europeo ya sabía cuál era su equipo. Si eso lo empiezan a decir millones de personas, y una de cada muchas se compra una camiseta, ya se está empezando a hacer el negocio.

– – Se decía que Nike explotaba a niños en sus fábricas.
– – Eso es un bulo. Nike no fabrica nada. Nike compra a productores locales. Así que Nike no es responsable de contratar a ningún niño.

– – De su experiencia como presidente del Barça este verano, ¿con qué se queda?
– – Con una historia humana. El día en que el Barça disputó el partido de Nueva York, se nos acercaron unos niños. Entre ellos, había uno enfermo terminal a quien la fundación Make a Wish ofrecía la posibilidad de hacer realidad un deseo. El suyo era ver entrenar a Ronaldinho. Le pagaban los gastos del día del entreno, pero el partido era a la mañana siguiente. Pues el responsable de Nike, Raúl Sanahuja, se sacó 2.000 dólares del bolsillo y les pagó los billetes de avión para que se quedaran. Hay momentos en la vida en que haces cosas sin esperar nada a cambio. Lo del Unicef se tenía que hacer.

– – ¿No es inmoral el sueldo que ganan los jugadores?
– – No. Cuando nos tomamos un café, conseguimos una pequeña felicidad que nos cuesta un euro; cuando Ronaldinho marca un gol, hay 60 millones de niños que son un poco más felices. Si todo el mundo pagara un euro, ya tendríamos su sueldo.

– – Entonces, ¿qué es injusto económicamente hablando?
– – Pues que los gobiernos nos roben el 60% del sueldo con impuestos y que, a cambio, después de trabajar toda la vida, a nuestras madres les den una pensión de 400 euros una vez muertos sus maridos. O que haya listas de espera en la sanidad, con enfermos esperando operaciones.

– – ¿Los inmigrantes que llegan garantizarán nuestras pensiones?
– – En absoluto. Estos inmigrantes son pobres, sacan más del sistema de lo que aportan. Sin embargo, la inmigración es el programa económico más importante que existe para erradicar pobreza. Lo único que se puede hacer es fomentar el desarrollo económico en sus países. Es irresponsable admitirlos si no les podemos integrar. Si no pueden ascender en la escala social, acabarán en guetos, y eso generará violencia. La pró –
xima generación de inmigrantes debe ir a la universidad y, de aquí a dos generaciones, el presidente de la Generalitat ha de poder ser negro. Y, si el presidente no ha de ser negro, que no vengan.

– – ¿A usted le gusta provocar? Lo digo por su americana.
– – Aquí parece una provocación, pero en Nueva York todo el mundo encuentra normal ir con una americana de leopardo. Aquí la gente se ríe. Yo era esclavo de la moda de aquí, hasta que, al ir a Nueva York, me di cuenta de que quería vestirme como me diera la gana, y descubrí la belleza de la libertad. Ahora me he dise –
ñado una colección de americanas de animales. Tengo un abrigo de cebra, una americana de tigre, una de piel de serpiente y otra llena de arañas.

– – Sobre gustos no hay nada escrito.

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