Europa se lava las manos

Diario de Navarra, 23-09-2006

Europa se lava las manos

E S un asunto grave el continuo capón que los poderosos del mundo se permiten dar en la cabeza de una España que, a veces, parece mantener una política exterior sin pulso. Los últimos bofetones de la UE, negándose a ayudarnos en materia de inmigración, son el más reciente ejemplo. Claro que me inquieta esa especie de indiferencia de Zapatero (y el presidente es el primer hacedor de la diplomacia; el ministro de Exteriores sigue las pautas) hacia la acción exterior.




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Día: Sábado, 23 de septiembre
Edición: GENERAL
Número de Página: 3
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Ya me pareció sintomático que no acudiese este año, sin que sepamos bien por qué, a la Asamblea de las Naciones Unidas, donde tantas oportunidades hubiese tenido de mantener conversaciones bilaterales con numerosos mandatarios de todo el planeta. Pero lo peor es el papel secundario que parecemos estar jugando ante los EE UU, e incluso en Europa, donde todo el mundo parece sentirse capacitado para reprochar cuanto el Ejecutivo español hace mal, que sin duda puede que sea bastante.

Siendo todo ello verdad, no deja de parecerme irritante cómo algunos sectores de la sociedad y de la política se alegran de los reveses exteriores que sufre nuestro país. Puede que legalizar de golpe a 700.000 inmigrantes extranjeros fuese un paso algo arriesgado (¿se podría quizá haber hecho otra cosa, cuando un millón de ilegales pululaban por nuestras calles?). Puede, incluso, que nos merezcamos por ello un descomunal tirón de orejas de las instancias comunitarias, tan presurosas a la hora de mirar hacia otro lado cuando las imprudencias las cometen Alemania o Francia, pongamos por caso. Lo que ya no es aceptable es que Europa se lave las manos ante la llegada masiva a españa de inmigrantes procedentes de todas las fronteras, comenzando por las propias europeas. Que un alto funcionario alemán diga, y se quede tan tranquilo, que «España no se va a hundir porque le lleguen 25.000 inmigrantes», me parece ofensivo. Que el colegio de comisarios, casi en pleno, se una gozosamente para decirle a España que, como ha hecho mal los deberes, ahí se queda, con su papel de garita de Europa por las fronteras sur y oeste, me parece una miopía muy propia de este vieja Europa .

Puede que apenas haya media docena de cuestiones que merezcan un consenso entre todos los partidos políticos y sectores sociales de un país. Esta es una de esas cuestiones.

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