El Gobierno español trató ayer de minimizar la lluvia de críticas que tuvo que capear el jueves en Tampere, donde los ministros de Interior y Justicia de la Unión Europea se reunieron para hablar, entre otros temas, de inmigración. El titular de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, aseguró en Finlandia que “España no ha venido aquí a pedir ninguna ayuda”, e indicó que “es falso que haya recibido ningún rechazo”.

El Ejecutivo insiste en que las duras críticas de Alemania, Francia y Holanda a la política migratoria española se produjeron en los pasillos del Consejo, y que lo que cuenta es el apoyo expresado por los Estados miembros en el plenario. Pero dentro de la sala en la que el jueves los Veinticinco debatieron las crisis migratorias de España, Italia y Malta, también se escucharon críticas más y menos veladas a la gestión de los flujos migratorios del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Los ataques procedieron, sobre todo, de países con Gobiernos de corte conservador y que no se enfrentan a la llegada de centenares de cayucos a sus costas.

El ministro de Interior alemán, Wolfgang Schäuble, comenzó su intervención destacando la necesidad de “un esfuerzo común” para combatir la inmigración ilegal. “Pueden contar con nuestro apoyo. Todos sabemos la diferencia que existe entre ricos y pobres. Este problema no sólo no se reducirá, sino que aumentará”, dijo. También dejó claro que cada país tiene que ser responsable de la acogida de los inmigrantes y de su repatriación inmediata a sus países de origen. La expulsión rápida es para los alemanes un requisito sin el cual no contemplan ayuda europea posible. La demanda de las repatriaciones automáticas se repitió en la sala del Consejo, sin que los ministros hicieran, sin embargo, apenas mención a la dificultad a la hora de firmar acuerdos de readmisión de inmigrantes con los países africanos. El Gobierno español volvió a pedir en Tampere a la UE su implicación diplomática en la firma de acuerdos de readmisión.

Rita Verdonk, la conservadora ministra de Inmigración e Integración de Holanda, se quejó del proceso de legalización de inmigrantes acometido por el Gobierno de Zapatero. “España en el pasado legalizó a 700.000 inmigrantes y sabemos cómo funciona este mundo. Los traficantes de personas ven esto y se aprovechan para traer a más gente a Europa. Hemos aprendido de la política española que hay que tener un sistema de alerta para avisar a otros países de que se toman ese tipo de medidas”, dijo Verdonk durante su intervención en la sala de debate.

Las intervenciones durante el plenario dedicado a inmigración fueron muy mesuradas comparadas con las andanadas de algunos ministros europeos soltaron en las salas de prensa y en los pasillos. España “no se va a hundir porque lleguen 25.000 inmigrantes” a Canarias, llegó a decir el representante alemán de las regiones para temas de Interior, Gunther Bechstein.

López Aguilar hizo ayer hincapié en que tanto la Comisión Europea como Finlandia han mostrado un apoyo inquebrantable a las aspiraciones españolas, y como el jueves se demostró, a prueba de ataques de los países del norte de Europa.

“Necesitamos una solidaridad mayor que la proporcionada hasta ahora”, dijo dentro de la sala de reuniones el vicepresidente comunitario, Franco Frattini. “Si pensamos en la enormidad del fenómeno que afecta a Canarias, nos damos cuenta de que dos o tres helicópteros y naves de patrulla no son suficientes. Hago un llamamiento a los ministros para que aumenten esta fuerza de apoyo que está coordinando Frontex [la Agencia Europea de Fronteras]”, agregó. La petición cayó en saco roto, ya que ningún país hizo ninguna oferta concreta para Canarias. López Aguilar explicó que esto obedece en parte a que el consejo de Tampere, por ser de carácter informal, no contempla la posibilidad de que los países adopten compromisos concretos.

En España, las miradas estuvieron puestas también en Tampere. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, apuntaba tras el Consejo de Ministros que en la reunión de Finlandia también se habló de la propuesta española de control de fronteras marítimas y de la posible implantación de un SIVE – sistema integral de vigilancia exterior – europeo. En unas declaraciones a la cadena SER, la secretaria de Estado para la Inmigración, Consuelo Rumí, señaló que las críticas en Europa a la política migratoria han sido “minoritarias” y destacó que lo importante es que hace unos meses en la UE no se hablaba de este proceso y hoy sí se habla.