La guerra imposible al cayuco

La falta de vigilancia atrae a Guinea-Bissau a mafiosos senegaleses de la inmigración, mientras el Gobierno reconoce que no puede hacerles frente

El Correo, 21-09-2006

La salida de piraguas cargadas de ‘sin papeles’ se ha ampliado a Guinea – Bissau. Este país comparte frontera al Norte con la región senegalesa de Casamance, que desde hace algunas semanas es el principal punto de embarque de los cayucos que llegan a Canarias. Los senegaleses se han ganado desde hace siglos la fama de ser los mejores pescadores de la costa noroeste de África y eso se nota en el nuevo negocio de los cayucos. Desde Mauritania y el Sahara Occidental hasta Guinea – Bissau y más abajo incluso. El viceministro del Interior guineano, Mamadou Saico Djaló, denuncia que los viajes están organizados casi siempre por senegaleses y, en algunos casos, por nigerianos y caboverdianos.

Amontonados en camiones, decenas de candidatos llegan a la localidad de Varela, junto a la frontera senegalesa. Los escasos efectivos policiales, sin todoterrenos ni patrulleras, apenas pueden hacer frente a los organizadores de estos viajes. Como relata un testigo, el pasado 13 de septiembre los agentes vigilaban el litoral en un cayuco de un pescador cuando se encontraron con dos embarcaciones que ponían rumbo a España.

Les interceptaron antes de saber que eran emigrantes clandestinos, algo de lo que no se enteraron hasta que comenzaron los interrogatorios en la playa. Ni siquiera contaban con dependencias en las que mantenerlos retenidos e inmediatamente quedaron en libertad con la orden de dirigirse a sus casas.

La emigración clandestina ha venido a complicar aún más la cruda realidad guineana, que arrastra todavía las secuelas de la guerra civil entre 1998 y 1999 y con un Gobierno en difícil equilibrio. Basta poner los pies en la sede del Ministerio del Interior para darse cuenta de que el progreso se sigue olvidando de Guinea Bissau. El viceministro del Interior, responsable directo del asunto migratorio, no puede ser más claro. «No tenemos dispositivo. No tenemos nada. Cero. Tenemos la obligación de luchar contra las mafias pero sin medios». «No tenemos ni piraguas ni jeeps» para vigilar los más de 700 kilómetros de costa repleta de intrincados canales.

Fuera del Frontex

Lejos todavía de Senegal, donde los pescadores reconvertidos en mafiosos fletan barcas a diario, las autoridades guineanas reclaman sin embargo algo de atención de Europa. Guinea se ha quedado fuera del dispositivo Frontex desplegado por la Unión Europea, ni tampoco han llegado patrulleras españolas ni agentes de la Guardia Civil, ni está previsto que lo hagan, según fuentes oficiales españolas.

Las fuentes locales consultadas coinciden con el viceministro en señalar que en estos momentos hay tres puntos de embarque de emigrantes clandestinos. La norteña localidad de Varela, que linda con Casamance, el que más movimientos registra por su cercanía a Senegal. Un segundo lugar estaría en el archipiélago de las Bijagos, medio centenar de islas al sur de la capital sin apenas población y que también acogen a las mafias del narcotráfico. Por último, – «desde hace muy poco», explica el viceministro – , se detectan salidas desde la propia ciudad de Bissau.

El embarcadero de Bandim, el barrio con el principal mercado de la ciudad, vio partir la madrugada del pasado lunes a la última expedición de jóvenes ansiosos por llegar a suelo europeo. Les quedaban por delante unos 2.300 kilómetros de agua.

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