Zaplana vincula el diálogo a que el Gobierno admita su error y Caldera no hable de regularizaciones La vicepresidenta recuerda que Aznar hizo cinco regularizaciones en ocho años en el Gobierno La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, abrió ayer el curso parlamentario con la reunión de los grupos socialistas de Congreso, Senado y Parlamento Europeo, en la que hizo un anuncio claro y concreto: la propuesta de un Pacto de Estado en materia de Inmigración.

La vicepresidenta, que estará muy cerca de la negociación parlamentaria en esta recta final de la legislatura, hizo la propuesta asumiendo que «todas las medidas anunciadas por el señor Rajoy son medidas que el Gobierno ya ha puesto en marcha, por lo que confío en que esté dispuesto a suscribir un gran Pacto Nacional por la Inmigración. A ello le invito», dijo.

La número dos del Gobierno defendió además el proceso de regularización hecho por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, y recordó que «los Gobiernos en los que estaba Rajoy hicieron cinco regularizaciones en ocho años, sin contrato de trabajo y sin acuerdo social».

De la Vega, que animó a sus parlamentarios a continuar un camino que dibujó similar a las negociaciones con ETA – «largo, duro y difícil» – no vaciló en culpar al PP de esta circunstancia.

«Todo lo vamos a tener que hacer en un clima muy tenso. Lamentablemente, la derecha española sólo entiende la acción política de manera destructiva. Es incapaz de comprender la alternancia, el pluralismo y la diversidad», afirmó.

Con estos mimbres, fácil es de suponer que sólo dedicará cinco segundos o dos líneas de su discurso a lo que, en teoría, debería ser el gran debate de este otoño: la reforma Constitucional.

La vicepresidenta, a este respecto, dijo: «También, si el Grupo Popular así lo quiere, estaremos dispuestos a abordar una reforma constitucional limitada».

No pasaron apenas dos horas, cuando el portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, aseguró que la oferta del Gobierno para alcanzar un Pacto Nacional sobre Inmigración «llega tarde», si bien añadió que están dispuestos a dialogar sobre esta materia.

Zaplana, además, puso una condición clara: «el Ejecutivo, en primer lugar, debe reconocer su error, y dejar de hablar ya de una vez de posibles regularizaciones», apuntó el portavoz popular.

«Llega un poco tarde, con independencia de que se pueda hablar de ello o no. Si lo hubiera hecho hace dos años, si nos hubieran hecho caso, si las propuestas que ahora dicen que hacemos y son razonables las hubieran dicho hace dos años, nos evitaríamos en estos momentos la situación que nos acompaña, las tragedias que hemos vivido y, desde luego, un mayor respeto por parte de otros países de la UE», dijo Zaplana en los pasillos de la Cámara Baja.

Zaplana, además, insistió en que para llegar a un acuerdo, antes habría que «decirle al ministro de Trabajo que deje de hablar de una vez ya de posibles regularizaciones» de aquellos inmigrantes que no pueden ser expulsados del país.