LA CARRERA HACIA EL 1-N / La federación proclama oficialmente a Artur Mas candidato a la presidencia de la Generalitat / El líder nacionalista dice que su partido abandera «el cambio político» y «la esperanza para el país»

CiU presenta su proyecto para que Cataluña «vuelva a ser un modelo» para España y Europa

El Mundo, 10-09-2006

Entre el orgullo y el pragmatismo, Convergència i Unió celebró ayer el congreso nacional que designó oficialmente a Artur Mas candidato a recuperar para la federación el trono que el tripartito le arrebató hace tres años. Mientras el aspirante a presidente catalán se ocupó de inflamar los sentimientos indentitarios de los asistentes, Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió, añadió unas gotas de crítica a las izquierdas y de polémicas propuestas en torno a la inmigración. Con ese cóctel, los nacionalistas esperan ganar la batalla del 1 de noviembre y volver al Gobierno.


El flamante hotel Hesperia Towers de L’Hospitalet de Llobregat fue el decorado que CiU eligió para representar su función. Después de que se aprobaran las listas propuestas en las cuatro provincias y la candidatura de Mas, los discursos de los líderes cerraron el acto.


Artur Mas, recibido con gritos de «president, president», hizo un repaso de los «difíciles» últimos tres años de la federación, los primeros que pasa en la oposición desde 1980. En un tono que no se le recordaba, el líder de CiU habló de la «voluntad explícita de convertir a la federación en una fuerza marginal de la política catalana», en alusión al objetivo declarado de Esquerra de convertirse en el referente del nacionalismo.


También reconoció que «ni agrada ni reconforta no gobernar después de ganar unas elecciones», pero añadió que «CiU ha salido reforzada después de la experiencia del tripartito». «Al final, la damnificada no ha sido CiU, sino Cataluña», dijo.


El candidato nacionalista afirmó que ha quedado demostrado que CiU «no es una patente con fecha de caducidad, no es una moda», porque «responde a una necesidad social, emotiva y patriótica».Mas reivindicó tanto los 23 años de gobierno de Jordi Pujol como su capacidad para poner en esta legislatura, «desde la oposición, los intereses de Cataluña por delante de los de partido», en referencia a la negociación del Estatut.


Moción de censura


El presidente de CiU también quiso destacar el cambio en las forma de oposición que se dio, a su juicio, cuando la federación abandonó la Generalitat. Recordó que «Maragall presentó», poco antes de las autonómicas de 2003, «una moción de censura contra Pujol, sin tener ningún motivo, y nosotros, con mil motivos, no lo hemos hecho». La comparación le sirvió a Artur Mas para pedir a sus fieles que «le hagan una moción de censura al tripartito el próximo 1 de noviembre».


Colocando siempre en la trinchera de enfrente al tripartito, no al PSC, Mas aseguró que su partido lleva «dos banderas» de cara a la cita electoral: la del «cambio político» y la de la «esperanza para el país». También rechazó las alternativas que proponen las otras formaciones. Considera que unos (Partido Popular) «se han puesto las botas usando mezquinamente a Cataluña para sus proyectos electorales»; de otros, los socialistas, dijo que «han utilizado a Cataluña para saciar sus ansias de poder».


Y, en la parte más sentimental de su discurso, Mas volvió a rechazar el Gobierno de la Generalitat si su fuerza política no es la más votada, llamó a recuperar «el orgullo de ser catalán» y reivindicó «el anhelo insobornable de la libertad de Cataluña».


Duran Lleida se encargó de la caña. El dirigente democristiano dijo que «ha llegado la hora de que CiU gobierne», algo que la federación ve como «una obligación, un deber». Aseguró que Cataluña se encuentra «ante una encrucijada», y que, si su formación vuelve a la Generalitat, «volverá a ser modelo para el resto del Estado y para Europa».


«Con CiU», insistió el secretario general de la federación, «Cataluña ha estado entre los mejores; con el tripartito, Cataluña ha sido la peor, donde ha habido más inestabilidad y más incapacidad para gobernar».


Gestión


El líder de Unió recordó «fiascos» de Montilla como ministro de Industria, como «la OPA, las deslocalizaciones o la conexión eléctrica con Francia», y criticó que los socialistas destaquen la capacidad de gestión de su candidato cuando, en su opinión, no ha demostrado ninguna virtud en este sentido. También insistió en que los inmigrantes «se integren» antes de que obtengan el derecho al voto. «Holanda, Alemania y los países nórdicos ya han tenido que hacer marcha atrás en algunas propuestas. Claro que quiero que los inmigrantes sepan lo que es la pascua. Y que no digan: ‘ya está Duran con la religión’. ¡Es cultura, no es religión, tontos!», dijo segundos antes de que los aplausos atronaran en la sala.


Duran Lleida explicó que CiU apuesta por una sociedad «moderna y próspera», en contraposición a la que preconiza «la izquierda más anticuada de Europa», que, según él, es la catalana. Aseguró que la federación es «la garantía de progreso, de una economía productiva y de generación de riqueza», y añadió que los ejes de su programa electoral pasan por «la moderación fiscal, la formación, la calidad, y la libertad en la escuela y los valores».


Tanto Duran como Mas destacaron el impulso a la familia y la demografía que pretende CiU. Una de las medidas de su programa consiste en instaurar un pago de 1.000 euros por cada nacimiento.

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