El presidente senegalés, Abdoulaye Wade, tiene pisado a fondo el acelerador con la mirada puesta en las elecciones de febrero, en las que aspira a mantener la poltrona. Y una parte importante de los votos se van a disputar con la emigración clandestina de fondo. Así, durante su visita oficial a Alemania, Wade ha dado un tirón de orejas a José Luis Rodríguez Zapatero, que «no ha cumplido sus compromisos» de enviar a Senegal los medios de vigilancia acordados, según explicó en la radio Deutsche Welle. «De todo aquello a lo que se había comprometido, nada ha sido hecho», añadió. Por su parte, el ministro senegalés de Interior, Ousmane Ngom, dijo que la legislación española en materia de inmigración, que permite la puesta en libertad de un inmigrante indocumentado pasados 40 días de su estancia en un centro de acogida, supone un «incentivo» para la emigración. Así, recomendó a las autoridades españolas que aborden una modificación legislativa.
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