El consejero de Educación, Tontxu Campos, animó ayer a hacer “una escuela más inclusiva” con la población inmigrante, cuya presencia en las aulas sigue creciendo un curso tras otro. El periodo académico 2006 – 2007 se abre en el País Vasco con un total de 288.330 alumnos matriculados desde la educación infantil hasta el bachillerato y la formación profesional, lo que supone un incremento de 2.269 escolares respecto al curso pasado.

El incremento de la matriculación, que Campos atribuyó al aumento de la natalidad y, sobre todo, la creciente presencia de inmigrantes en los centros, rompe la tendencia del curso anterior, en que se produjo un leve descenso de alumnos en la educación no universitaria. De las 288.330 prematriculaciones formalizadas, el 48,5% se registran en la red pública y el 51,5% en la red privada concertada. El consejero ofreció estos datos en el colegio público Luzaro de Deba, adonde acudió para celebrar el acto que inaugura oficialmente el presente curso escolar en Euskadi, aunque numerosos alumnos no acudirán a sus clases hasta el próximo lunes.

El titular de Educación aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento “a todos los agentes sociales” para que se impliquen en “hacer una escuela más inclusiva e integradora” con la población inmigrante, cuyo índice de escolarización se sitúa ya en el 4,5% del total de estudiantes. En su intervención, justificó la mayor presencia de los alumnos de origen extranjero en la red pública porque estos centros ofrecen “una enseñanza de calidad” y están “más presentes [que los colegios privados] en las zonas donde habita mayoritariamente esta población”.

El reparto de los alumnos en las redes pública y concertada se mantiene sin apenas variaciones con respecto al curso anterior, aunque fluctúa según la etapa educativa. Del mismo modo, la distribución de los inscritos en los tres modelos lingüísticos se asemeja mucho a la de hace un año. Según los datos facilitados por Educación, en cifras globales, los colegios concertados ganan el pulso a la red pública en la educación infantil, primaria y ESO. En cambio, el peso de la pública es superior en la última etapa académica (el bachillerato y la formación profesional). En el cómputo global, la red privada acogerá este curso a 148.461 alumnos, frente a los 139.869 que han optado por la pública. Campos señaló en este sentido que “no se debe caer en el intervencionismo” de animar a los padres a inscribir a sus hijos en una red u otra.

Crece el modelo D

Por modelos, el D (enseñanza íntegramente en euskera) continúa con su tendencia creciente y representa ya el 54,2% de los alumnos prematriculados. Este porcentaje era del 17,5% hace una década. El resto de los escolares se reparten entre el modelo B (mitad en euskera y mitad en castellano), que supone el 23,3%, y el A (en castellano con el euskera como asignatura), que desciende del 24% del año pasado al 22,4% de este curso.

El predominio del modelo D es aplastante en las edades más tempranas (de tres a cinco años), donde supone ya al 64,9% de los inscritos. Por el contrario, sólo se han apuntado en el A el 7,1% de los nuevos escolares.

Estos porcentajes casi se invierten en el bachillerato y la formación profesional, donde el 63,9% cursarán sus estudios en castellano, mientras que el 34,1% lo hará sólo en euskera y un 2% en el modelo B.

El consejero de Educación manifestó que el sistema educativo vasco necesita de la "implicación de toda la sociedad, fundamentalmente de los padres de familia y de los agentes sociales, para evitar que los centros de enseñanza acaben convirtiéndose sólo en un lugar donde se atiende durante unas horas a los menores.