los demócratas apoyan el cambio, mientras que los republicanos priman la seguridad fronteriza
maría peña

washington. Miles de manifestantes se congregaron el pasado jueves frente al Capitolio en Washington para exigir una reforma migratoria integral, mientras los republicanos en el Congreso dejaron claro que su prioridad es la seguridad fronteriza.

La marcha, que coincidió con la reanudación de la sesión legislativa, no se aproximó a la “megamarcha” de un millón de personas que se había convocado. Sin embargo, la organización insistió en que se trata de una lucha compleja y prolongada. Jaime Contreras, dirigente de la Coalición Nacional para la Inmigración, uno de los grupos organizadores, recordó el gran éxito de las marchas entre marzo y mayo, y enfatizó que la manifestación reanuda las protestas.

“Necesitamos una reforma migratoria que dé la legalización a las personas sin papeles”, dijo.

Contreras achacó una participación menor que lo esperado al temor a las redadas y a la deportación masiva, y recalcó que “decenas de miles de personas están apoyando este movimiento”. Los manifestantes, muchos de ellos de varios estados de la costa este del país, llegaron a la capital agitando banderas de EEUU, México y otras naciones.

Ante las cámaras de televisión, los manifestantes coreaban consignas como Sí se puede , ¡Aquí estamos y no nos vamos! y Bush escucha, ¡el pueblo está en la lucha!

Desde una tarima y con el Capitolio de fondo, el senador demócrata Edward Kennedy, uno de los promotores de la reforma, pidió que George W. Bush, presione para que se apruebe este año la medida. “Necesitamos que el presidente nos una, ejerza un mayor liderazgo. Los demócratas apoyan (la reforma) y los republicanos son los que están divididos, y se requiere el liderazgo presidencial para lograrla”, dijo Kennedy, quien salpicó su discurso con la frase “¡Sí se puede!” en español.