ANA DEL BARRIO

MADRID.- El Gobierno alertó ayer a las ONG de que el fenómeno de la inmigración no es coyuntural, sino que se prolongará en el tiempo, por lo que es necesario crear dispositivos de acogida que sean estables.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, se reunió ayer en Madrid con los representantes de las ONG que se encargan de atender a los subsaharianos que llegan en avión a la Península procedentes de Canarias.

Caldera agradeció la labor y el esfuerzo realizado por estas organizaciones y también acordó duplicar las 1.000 plazas existentes. El programa de acogida comenzó a funcionar en enero de 2005 y por él han pasado 15.500 inmigrantes. El presupuesto para financiar a las ONG alcanza los 6,5 millones de euros, de los que 1,5 se destinan para la atención a pie de playa.

El secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), Enrique Santiago, mostró su preocupación porque el alarmismo generado ante el aumento de llegadas de cayucos pueda llevar al Ejecutivo a realizar una acción precipitada y descender la calidad de los programas de acogida.

Santiago reclamó al Ejecutivo que cumpla con la Ley de Extranjería que permite a los subsaharianos conseguir los ‘papeles’ por razones humanitarias excepcionales.

Las ONG también solicitaron tener una mayor presencia en los países subsaharianos para disuadir a los futuros candidatos a la emigración. «Queremos quitarles la venda porque muchos vienen engañados por las mafias», declaró ayer Carlos Capataz, director de Intervención Social de la Cruz Roja, ONG que está presente en todos los países del Africa subsahariana.

Desde el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) destacaron que aunque el proyecto incluye unos 15 días de alojamiento, la media de estancia es muy baja y ronda los cuatro o cinco días. La mayoría de los subsaharianos parte antes porque tiene algún familiar en alguna otra provincia o porque sus padres o hermanos vienen a recogerlos.