Los siete cabildos de Canarias pidieron ayer al Estado que revise la prueba ósea que se efectúa a los menores inmigrantes para determinar su edad y utilice otros elementos adicionales, pues aproximadamente la mitad de ellos no son tales y podrían ser repatriados a sus países de origen.


Al parecer, las pruebas óseas no tienen en cuenta la menor constitución física de algunos pueblos africanos en comparación con los españoles y la peor nutrición que han soportado muchos de los inmigrantes.