PLAZA CONSISTORIAL JOSÉ MIGUEL IRIBERRI

El voto inmigrante

LOS inmigrantes no comunitarios que ya se veían votando en las elecciones municipales de mayo tendrán que esperar al menos cuatro años más. Hasta 2011, que en este momento cae bastante lejos. La vicepresidenta primera del Gobierno dijo el viernes que veía «altamente improbable» el trámite parlamentario, es decir, definitivamente imposible.

Diario de Navarra, 29-08-2006
Los pamploneses de Ecuador, Perú, Colombia y otros países latinoamericanos; los venidos de Marruecos y de cualquier lugar fuera de la geografía de la UE tendrán que aguantar una legislatura más el agravio comparativo en relación con los comunitarios, con derecho de voto en las urnas locales desde 1992.Además de la oportunidad perdida, resulta alarmante en este trance político la frivolidad con que se han manifestado el Gobierno y su partido. A mediados de mes, el día 18, PSOE e IU registraban en el Congreso la proposición no de ley para extender el voto a los inmigrantes no comunitarios. López Garrido, portavoz socialista, afirmó en una sonora rueda de prensa , más sonora todavía por la calma parlamentaria estival, que se trataba de aprobar la proposición en septiembre para llevarla de inmediato al Gobierno. «El objetivo político enfatizó el portavoz es que en mayo de 2007 puedan votar el mayor número posible de extranjeros con residencia legal en España». Claro, conciso y directo, el diputado. Si se acepta que un portavoz parlamentario no puede, o no debe, hablar por hablar, el derecho se daba ya por hecho.

Si el portavoz en cuestión no ha disfrutado todavía unas vacaciones «merecidas vacaciones», se dice haría muy bien en perderse por un tiempo en algún destino remoto. Para olvidar. Para que nadie le pregunte cómo pudo dejarle tirado el Gobierno en el vertedero de los ridículos políticos. Porque apenas una semana después de sus prometedores cálculos, la vicepresidenta primera del Gobierno va y dice que no, que las previsiones electorales sobre 2007 eran dibujos en el aire, calenturas políticas de una noche de verano, palabras con mucha intención pero poco fundamento. «Altamente improbable», subrayó Fernández de la Vega. Y citó una serie de requisitos, que valían por tirones de oreja a López Garrido. Entre otros, la necesidad de consenso y la conveniencia de quitar al debate cualquier sospecha de electoralismo.

Bien dicho. No obstante, con anterioridad al frenazo del Gobierno ya había sonado alguna alarma dentro de casa. El ministro Montilla, en calidad de candidato socialista a la Generalitat, se adelantó al Consejo de Ministros, el suyo, diciendo que era «absurdo» el debate del voto inmigrante a falta de propuesta y de tiempo real para 2007. No parecía interesarle ante la inminente campaña electoral catalana, su campaña.

Conviene actuar con más rigor cuando están en juego derechos políticos.

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