Funerales con "striptease" revelan las miserias de los inmigrantes en China

En los entierros de ancianos no faltan la música, la ópera y algo más

Canarias 7, 29-08-2006

EFE
Pekín (China)

La proliferación de “striptease” para amenizar los funerales en algunas zonas rurales ha causado un enorme revuelo, pero ha puesto también sobre el tapete los problemas sexuales de los 140 millones de trabajadores inmigrantes del país.
Todo comenzó este mes con un reportaje de la estatal Televisión Central de China (CCTV), que reveló el uso de las eróticas funciones en “Fuente Caliente” (“Wen Quan”), una localidad de economía boyante gracias al negocio creado en torno a sus saludables aguas termales.

Según reza la tradición popular de la región, cuando un anciano muere, sus familiares le rinden honores con un funeral en el que no pueden faltar ni música de suona (típica trompetilla que también armoniza las bodas), ni representaciones de ópera.

Sin embargo, en los últimos años las compañías artísticas encontraron un arma mucho más eficaz para atraer al público y conseguir funerales abarrotados, lo que se considera un honor para el fallecido. Espectáculos eróticos con “striptease”, “chistes picantes” e “intercambios eróticos” con el público se hicieron habituales y arrastraron a los entierros a cientos de obreros inmigrantes desplazados a la próspera zona, situada en la provincia oriental de Jiangsu.

Alejados de sus hogares y marcados por la “frustración sexual” que caracteriza a este colectivo, según estudios oficiales, los obreros recorrían los funerales aldea por aldea, en busca de satisfacción gratuita. Cuanto más remoto y pequeño era el pueblo, explicaba el reportaje de la televisión, más “picantes” eran las funciones, con desnudos integrales de los actores y actrices, y aproximaciones eróticas a los espectadores que dejaban a muchos boquiabiertos.

Como es tradición, las familias más pudientes mostraban su estatus contratando a dos compañías que debían competir en talento, no ya musical, como antaño, sino erótico. En el pueblo de Kongbai, por ejemplo, una actriz de una de las compañías saltó al escenario y se quitó la ropa, lo que llevó a una “contrincante” de la compañía rival a “levantarse las faldas y quitarse las bragas”, explica el documento.

Tras la emisión del documento, la respuesta del Gobierno no se hizo esperar y cinco organizadores de “striptease” fueron detenidos, mientras que algunos responsables locales fueron cesados. “No me gustan estos espectáculos. La gente de hoy en día ha perdido la moral y el respeto por los muertos”, dijo hoy una vecina de Donghai, distrito al que pertenece “Fuente Caliente”.

Por su parte, un portero de esta última localidad manifestó que las funciones “perjudican el ambiente social”, en línea con la opinión mostrada por muchos académicos. Sin embargo, en el país con una renta per cápita de 1.500 dólares al año (1.100 euros), las ganancias que reportan estas actuaciones, de hasta 500 dólares al mes (400 euros) para cada actor, van a ser difíciles de desdeñar.

Sea como fuere, el escándalo ha aireado las necesidades de los 140 millones de emigrantes rurales que viven en los centros industriales chinos, en precarias condiciones de vida, regímenes exhaustivos de trabajo, alejados de sus familias y sin tiempo, ni recursos para satisfacer sus apetitos sexuales.

Un estudio del Ministerio de Salud alertó de que el 88 por ciento de estos trabajadores sufren “depresión sexual”, lo que les lleva a recurrir a películas pornográficas y, en los casos más extremos, incluso a la violación, según publicó el diario “China Daily”.

Las soluciones no son, sin embargo, fáciles.

Según Wu Yiming, decano del Departamento de Sociología de la Universidad de Nanjing, ignorar esta cuestión “llevará a problemas físicos y psicológicos”, por lo que es urgente poner medidas sobre la mesa.

Entre ellas, endurecer la legislación para castigar a los patronos que abusen de los inmigrantes, establecer para ellos centros de ocio donde “puedan jugar a las cartas o ver películas saludables” o repartir condones gratuitos para evitar la propagación de enfermedades infecciosas, dijo el experto. O seguir el ejemplo de los “nidos de amor” creados por las autoridades de la próspera provincia oriental de Shenzhen, apartamentos baratos alquilados a los inmigrantes cuando reciben las visitas de sus esposas.

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