El debate sobre el derecho de voto de los inmigrantes va a más. Y está sobrepasando a los políticos. Ayer, mientras el ministro y candidato socialista José Montilla ensayaba la táctica de apaciguamiento que el PSC contrapone a la estrategia de CiU de explotar el miedo a los inmigrantes como eje de su precampaña electoral, CCOO y UGT entraron en la polémica. Y fue para ir mucho más allá de la proposición no de ley planteada recientemente en el Congreso por IU – ICV y el PSOE.
Los sindicatos, en la misma línea de SOS Racisme, criticaron a CiU y pidieron que puedan votar todos los inmigrantes residentes sin aplicar el principio de reciprocidad. También la Federación de Entidades Latinoamericanas de Catalunya criticó ayer el “examen de catalanidad” planteado por CiU y, en un comunicado, defendió que “es catalán todo el que vive, trabaja y vota en Catalunya”.
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que el pasado jueves utilizó la fiesta mayor de Gràcia para lanzar su negativa al voto de los inmigrantes, ayer usó la de Sants para proponer un pacto de Estado sobre inmigración al estilo “del Pacto de Toledo sobre las pensiones”. Su misión sería, según Duran, recuperar “el consenso roto por el PSOE e IU – ICV” respecto a la resolución que el Congreso aprobó por unanimidad en marzo a instancias de IU – ICV para estudiar el voto de los inmigrantes. Y la línea de estudio que defendió Duran ayer es “analizar por qué ningún gran país europeo da derecho de voto a los inmigrantes”.

La UE, por el voto inmigrante
La apelación a la Unión Europea fue esgrimida también, pero en sentido contrario, por los sindicatos. CCOO considera que “se deben aplicar las directrices europeas y los acuerdos de la UE en favor del derecho del voto a todas las personas inmigradas residentes en las elecciones municipales”. Ghassan Saliba, secretario de Migraciones de CCOO, dijo que “la polémica creada por CiU es absurda” porque si la propuesta de IU – ICV y PSOE es dar el voto a los inmigrantes en base al principio de reciprocidad, “CiU ya votó a favor de ello al votar la Ley de Extranjería y la proposición consensuada en marzo”.
Lo que piden los sindicatos es ir más allá y que cualquier inmigrante con entre dos y cinco años de residencia pueda votar. CCOO considera que el plazo de cinco años “puede ser una propuesta de consenso entre todas las fuerzas políticas”, pero recuerda que hay países que reconocen este derecho a partir de tres años. UGT defiende que los inmigrantes con residencia legal durante dos años puedan votar en comicios locales y europeos, mientras que los que lleven cinco años lo puedan hacer en los generales y autonómicos.
La secretaria de Política Institucional de UGT, Eva Granados, consideró “bueno” que se abra esta discusión porque “es la prueba del algodón” para saber si las medidas para la integración son solo “epidérmicas” o van más a fondo. “Así podemos saber qué opina cada partido y a quién podemos votar”, concluyó.

Táctica del avestruz
Por contra, el candidato del PSC a la Generalitat dijo ayer a Catalunya Ràdio que la discusión sobre el voto de los inmigrantes es “absurda” porque aún no se ha aprobado una propuesta sobre ello. Como un avestruz que esconde la cabeza, hizo lo mismo que el conseller Antoni Castells la víspera: ignorar la proposición no de ley presentada por el PSOE, conjuntamente con IU – ICV, en el Congreso.
Tras criticar que haya quien esté haciendo “electoralismo y demagogia”, Montilla quiso quitar hierro a la polémica insistiendo en que, caso de que se aprobará el derecho al voto, “afectaría a muy pocos inmigrantes”. Y recalcó que, con el principio de reciprocidad, “un colectivo de inmigrantes mayoritario en Catalunya como el marroquí no podrá votar”.
El primer secretario del PSC no aludió a las declaraciones a este diario, el sábado, del diputado socialista catalano – marroquí y presidente de Ibn – Batuta, Mohamed Chaib, en el sentido de que los marroquís de Catalunya se movilizarán “al máximo” para poder votar. El secretario de Migraciones de CCOO respondió a Montilla que “es peligroso hacer discriminaciones por motivos de afinidad religiosa u origen porque ello fomenta el racismo y la xenofobia”.

Anglada entra en escena
Precisamente, el líder de la xenófoba Plataforma per Catalunya, Josep Anglada, entró ayer en escena pidiendo, en un comunicado fechado en Vic, donde es concejal, que se niegue el voto solo “a según qué inmigrantes”. Y citó explícitamente a los “musulmanes y subsaharianos”. Para pescar en río revuelto, criticó la proposición del PSOE e IU – ICV con argumentos similares a los que usa CiU.
En la derecha nacionalista, conscientes sus responsables de campaña de que sus planes sobre inmigración “generan polémica política pero gozan de gran consenso social”, ayer empezaron a frotarse las manos. Lo hizo el convergente David Madí, para quien “la confusión ideológica del PSC” favorece a CiU.

Espantajo fronterizo
También Duran Lleida, tras agitar el espantajo de las 25.000 familias de inmigrantes que Francia quiere expulsar y pedir al Gobierno que “incremente los controles en la frontera”, interpretó que las declaraciones de Montilla acercan al PSC a las tesis de CiU. Igual que se ha acercado ERC, cuyo líder, Josep – Lluís Carod Rovira, insistió ayer en que no hay derechos sin deberes, además de quejarse de que “hay comunidades autónomas donde no emigra nadie”.
“Por lo que veo que dice la gente de CiU, de ERC y el silencio del PSC, mucho me temo que Saura se quedará solo”, dijo Duran. El líder de ICV dijo de nuevo que las posiciones de CiU “rozan la xenofobia” y entrañan una “confusión” sobre el lugar jurídico que ocupa el derecho al voto, cuya restricción implica “una democracia amputada”. Pero no estuvo solo. Estaban los sindicatos.